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Trabajo remoto y ergonomía: en busca de una buena combinación

por PÓLEMOS
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Claudia Tenorio Pineda

Abogada por la Universidad de Lima, miembro de la International Commission on Occupational Health y columnista en Pólemos.


El Decreto Supremo 010-2020-TR define al trabajo remoto como la “prestación de servicios subordinada con la presencia física del trabajador en su domicilio o lugar de aislamiento domiciliario, utilizando cualquier medio o mecanismo que posibilite realizar las labores fuera del centro de trabajo, siempre que la naturaleza de las labores lo permita”. Dicha modalidad de trabajo está permitida durante el Estado de Emergencia Sanitaria, se aplica por decisión del empleador -no requiere un acuerdo de partes-, y las condiciones originales de la relación laboral se mantienen. Asimismo, se debe informar a cada trabajador sobre las medidas, condiciones y recomendaciones de seguridad y salud en el trabajo (SST) que deberá observar durante la ejecución del trabajo.

Dado el contexto en el que se está llevando a cabo dicho trabajo remoto, considero que se debe contar con herramientas concretas desde el campo de la ergonomía. La pregunta aquí es: ¿Qué es la ergonomía? La International Ergonomics Association (IEA)[1] la define como la “disciplina científica relacionada con la comprensión de las interacciones entre los seres humanos y otros elementos de un sistema, y ​​la profesión que aplica teoría, principios, datos y métodos para diseñar a fin de optimizar el bienestar humano y el rendimiento general del sistema.”

Por su parte, el Instituto de Biomecánica de Valencia[2] define a la ergonomía como el “campo de conocimientos multidisciplinar que estudia las características, necesidades, capacidades y habilidades de los seres humanos, analizando aquellos aspectos que afectan al diseño de entornos, de productos y de procesos de producción”.

Paralelamente, la Real Academia Española[3] la define como el “estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los emplea habitualmente, para lograr una mayor comodidad y eficacia”.

En base a las definiciones antes expuestas, concluyo en que la ergonomía busca reforzar la prevención en el lugar de trabajo mediante el análisis de la posición del empleado desde diversas perspectivas: ambiente de trabajo, puesto de trabajo, relaciones interpersonales, carga de trabajo, tareas, herramientas y habilidades personales.

Ahora bien, el día 28 de agosto de 2020, se publicó el Decreto Supremo 027-2020-SA, mediante el cual se prorroga por 90 días calendario la Emergencia Sanitaria. Esto es, del 08 de setiembre al 06 de diciembre del presente.

Dicha disposición tiene implicancias en la modalidad excepcional de trabajo pues, en virtud de esta, se mantiene la facultad de los empleadores de modificar el lugar de la prestación de servicios de todos sus trabajadores para implementar el trabajo remoto.

En tal sentido, en cuanto a los trabajadores que continuarán realizando trabajo remoto, sugiero difundir, entre otras, las siguientes recomendaciones en materia de SST: establecer horarios de trabajo y hábitos estrictos, tener un espacio diseñado para trabajar, contar con tiempo libre diferenciado de las horas laborales y, sobre todo, evitar llevar una vida sedentaria.

Ahora, para que el trabajo a distancia sea eficiente, se deben identificar las tareas que se pueden realizar de forma remota y sin supervisión inmediata -considerando las habilidades y características particulares del trabajador-, así como aquellos sistemas o recursos informáticos que se podrá utilizar sin inconvenientes de ningún tipo.

Asimismo, es importante no solo monitorear el cumplimiento de las tareas asignadas al empleado sino también, actualizar las recomendaciones en materia de SST, incluyendo riesgos adicionales a los que se han detectado al inicio (si los hubiera).

La idea es que los trabajadores puedan organizar y diseñar su estación de trabajo de forma saludable y segura, considerando que, en la mayoría de los casos, no cuentan con sus equipos de oficina, sino con equipos de uso doméstico. Por ejemplo, los empleados a menudo usan sus computadoras portátiles personales, su estación de trabajo es la mesa y silla del comedor, y el tomacorriente se comparte con la televisión u otros electrodomésticos. Este hecho podría generar problemas ergonómicos para el empleado y una serie de riesgos que podrían amenazar su integridad física y emocional.

Así, entre los factores de riesgos físicos que suelen encontrarse en una estación de trabajo doméstica, se encuentra el ruido, la iluminación, la falta de ventilación y las temperaturas extremas. Igualmente, de surgir factores de riesgos psicosociales[4], ello puede traer como consecuencia que los empleados no duerman bien, se automediquen, o sufran ansiedad y depresión.

Por lo tanto, cada empleado debe utilizar criterios ergonómicos al diseñar su estación de trabajo en casa, basándose en las recomendaciones de SST proporcionadas previamente por su empleador. De hecho, el empleador debería compartir con su personal criterios ergonómicos específicos para la selección del mobiliario y el diseño de la estación de trabajo. En caso los trabajadores no cuenten con el mobiliario adecuado o los recursos para adquirirlo, el empleador debe ponerlo a su disposición.

En cuanto al mobiliario, la silla ergonómica debe adaptarse a las características físicas del trabajador. Igualmente, debe contar con una superficie de trabajo (mesa o escritorio) con espacio suficiente para acomodar otros elementos que pueda requerir durante la ejecución de tareas. Asimismo, se debe validar la idoneidad de diferentes elementos, como la pantalla de visualización de datos (PVD), teclado y mouse.

Finalmente, sugiero evaluar la posibilidad de establecer horarios de trabajo que incluyan simultáneamente trabajo presencial y remoto. Por ejemplo, los empleados podrían realizar trabajo presencial por la mañana, almorzar en casa (evitando así que varios empleados se acumulen al mismo tiempo en un comedor, pues este suele ser un espacio cerrado) y, después de disfrutar de su almuerzo, terminar el día realizando trabajo remoto.

De esta manera, se obtiene una serie de ventajas para el empleador y el personal, tales como el ahorro de espacio -y, por tanto, más espacio para mantener el distanciamiento social-, aumento de la productividad laboral, disminución del absentismo, mayor flexibilidad y, lo más importante: se reducirá la posibilidad de contagio de COVID-19 en el lugar de trabajo.


[1] Human Factors/Ergonomics (HF/E). Definition and Applications. Obtenido de:  https://iea.cc/what-is-ergonomics/

[2] Ergonomía y Discapacidad. Obtenido de: https://www.ibv.org/wp-content/uploads/2020/01/Estudio_Ergonomia_discapacidad.pdf

[3] Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española. Obtenido de: https://dle.rae.es/ergonom%C3%ADa

[4] El concepto de factores psicosociales fue definido por el comité mixto OIT/OMS en 1984 como “aquellas condiciones presentes en una situación de trabajo, relacionadas con la organización, contenido y realización del trabajo susceptibles de afectar tanto al bienestar y la salud (física, psíquica o social) de los trabajadores como al desarrollo del trabajo.”

Por otro lado, el Reglamento de la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo (Decreto Supremo N° 005-2012-TR) indica lo siguiente: “se considera que existe exposición a los riesgos psicosociales cuando se perjudica la salud de los trabajadores, causando estrés y, a largo plazo, una serie de sintomatologías clínicas como enfermedades cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas, endocrinológicas, músculo esqueléticas, mentales, entre otras.”

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