Inicio Actualidad Contra la trata de personas. No es cosa del pasado, es parte del presente en Sudamérica.

Contra la trata de personas. No es cosa del pasado, es parte del presente en Sudamérica.

por PÓLEMOS
2 vistas

Catalina Rojas Cortés

Trabajadora Social, Universidad de Antofagasta, Chile. Máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Especialista en migración, refugio e inclusión social de grupos en situación de exclusión.

Red Interdisciplinaria de Derechos Humanos (red-ii.org)


La Trata de Personas [2] es una de las más graves violaciones a los derechos humanos en el mundo [3] por su impacto directo en la degradación de la dignidad e integridad física y psicológica de las víctimas y, peor aún, porque coarta su libertad, cosificando a las personas como una mercancía que beneficia a un(os) tercero(s) – tratantes- de un modo personal y/o económico. Así, desde 2014, la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó cada 30 de julio el Día Mundial contra la Trata de Personas con el objetivo de crear mayor conciencia de la situación de las víctimas y de promover y proteger sus derechos [4].

Este grave y complejo delito no es cosa del pasado como muchos creerían si no que está muy presente en la actualidad que, pese a todas las medidas adoptadas en Convenciones y Protocolos Internacionales [5], La campaña permanente de Corazón Azul [6], coordinaciones regionales y acciones estatales, aún continúa siendo un desafío prioritario que todos los actores de la sociedad deben abordar. Pero ¿Qué incide en su erradicación?, lamentablemente debemos saber que la vulnerabilidad es uno de los enclaves transversales que afecta a sus víctimas, en su mayoría son mujeres y niñas, provenientes de contextos de desigualdad (propios del capitalismo), pobreza, desempleo, conflictos armados y violencia, que influyen a su vez, en fenómenos como la feminización de la pobreza, la discriminación de género, el patriarcado, la cultura de tolerancia de violencia contra mujeres y niños, la exclusión social, entre otros. Así, los tratantes reclutan a sus víctimas por medio de engaños (parcial o plenamente conocidos), amenazas o uso de la fuerza, coacción, abusos de poder o abusos de su situación de vulnerabilidad.

En la actualidad, Latinoamérica es una de las regiones con mayor desigualdad del mundo y enfrenta problemáticas estructurales de conflictos internos, inseguridad y violencia generalizada, violaciones de los derechos humanos, economías deterioradas como consecuencia de la pandemia por COVID-19, así como también, graves crisis socio-políticas que han desencadenado, como es el caso de la República Bolivariana de Venezuela, en el mayor éxodo de la historia reciente de la región con el desplazamiento masivo de sus connacionales. Paralelamente, el fenómeno de movilidad humana ha generado, tanto en América del Sur, el Caribe y Centroamérica, el desplazamiento de flujos mixtos compuestos por personas en situación migratoria irregular y refugiados que se movilizan, generalmente en forma masiva, a través de rutas migratorias peligrosas, bajo modalidades en grupo y/o caravanas en búsqueda de una mejor calidad de vida. Por ello, es de inferir razonablemente que, estos múltiples factores, hoy configuran un complicado escenario regional vinculado a la vulnerabilidad de sus habitantes quienes están más expuestos a ser objeto de la Trata de Personas.

De acuerdo con el portal de monitoreo permanente Counter-Trafficking Data Collaborative (CTDC) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), nuestra región Sudamericana registra actualmente 1.161 víctimas que provienen en su mayoría de América Latina (88%), el Caribe (6%) y en menor medida Asia Sudoriental (2%). Respecto a su género predomina el femenino (72%) por sobre el masculino (28%) y no se registra -oficialmente- personas trans (0%). Asimismo, revela que la explotación más recurrente es con fines laborales (53%), seguido de la tipificación sexual (36%) y otros tipos de explotación (11%). Y, tal como se afirmó anteriormente, el indicador etario muestra que este delito afecta a más personas adultas (73%) que niños, niñas y adolescentes (27%) [7].

Por lo anteriormente señalado se propone al lector insertarse en la temática iniciando con la desmitificación propia del concepto. Esto dado que, durante mucho tiempo se ha asociado en el imaginario colectivo y los contenidos de medios masivos exhiben (documentales, películas y campañas de publicidad) sobre la Trata asociada exclusivamente a fines de explotación sexual traducida a traves de la prostitución ajena, la pornografía forzada y otras formas similares, que por cierto, tiene una gran prevalencia en el fenómeno como tal, sin embargo, invisibiliza otros fines de explotación igualmente importantes como, trabajo infantil, mendicidad forzada, extracción de órganos, actividades criminales forzadas, matrimonio forzado, servidumbre doméstica y explotación laboral.

Estos tipos de explotación no están ajenos a nuestra cotidianeidad, pudiendo producirse en algún restaurante de la ciudad, en obras de construcción, en las calles o en viviendas del barrio. Es así como, según el portal CTDC, a nivel global los sectores de la industria que la Trata tiene mayor presencia son la construcción, la agricultura, la industria manufacturera, el trabajo doméstico y la hospitalidad. De hecho, en mi experiencia en trabajo con movilidad humana en Chile, recuerdo el caso de una joven de origen paraguayo jefe de familia de escasos recursos proveniente de una zona rural quien fue engañada parcialmente por compatriotas (conocidos) quienes le propusieron una atractiva oferta de trabajo doméstico en su domicilio ubicado en otro país e incluía, en un principio, los costos de traslado y estadía, lo que finalmente tras aceptar dicha propuesta, emigró junto con ellos y en el destino conoció una realidad complementamente distinta en la cual sus tratantes restringieron su movilidad fuera del trabajo, carecía de documentación de identidad en su poder, no administraba su propio dinero, no podía comunicarse libremente con su familia en origen y contrajo, sin saberlo, una deuda indeterminada por su traslado. Como se comenta, esta explotación no ocurría en un continente distante desde donde escribo este artículo más bien en la propia ciudad de un país en vías de desarrollo, he ahí la importancia de concientizar sobre la temática.  

En igual forma, hay que seguir los esfuerzos para distinguir entre la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes puesto que con frecuencia se suelen confundir ambos términos. Frente a ello, considerar cinco elementos básicos: 1. Consentimiento, en el tráfico los migrantes la persona consiente su ingreso (aunque no necesariamente conoce que éste es ilegal), en tanto, la trata conlleva que la víctima no consciente libremente la situación de explotación. 2. Objetivo, en el tráfico el fin último es la entrada a otro país, mientras que, en la trata es la explotación de una persona. 3. Ánimo de lucro, en el tráfico se facilita o promueve la entrada ilegal a otro país y allí a través del servicio de traslado concluye la relación/transacción comercial, en contraparte, en la trata esto proviene de la explotación propiamente de la víctima siendo como tal la persona utilizada de mercancía, además esta explotación, por lo general es continua y no posee un periodo determinado para concluir. 4. Transnacionalidad, en el tráfico existe un desplazamiento irregular hacia una frontera internacional y en la trata no es un factor determinante, puesto que puede ocurrir dentro del país, por tanto, afecta tanto a nacionales como extranjeros, e incluso el ingreso a otro país puede ocurrir de manera regular, por ejemplo, por vía terrestre o aérea en calidad de turista, con una visa de trabajo o mediante documentación falsa, esto dificultad aún más su detección. 5. Grupo afectado, el tráfico ilícito de migrantes es un delito cometido contra el Estado y la Trata contra las personas [8].

En ese mismo orden de ideas, a pesar de que este fenómeno ha sido parte en la historia de la humanidad, hoy en día los tratantes han adoptado nuevas estrategias en torno a la globalización utilizando la tecnología contra potenciales víctimas; por ejemplo, a través de ofertas de empleo que no son ciertas o sólo lo son en parte, también ofreciendo la concreción de proyectos migratorios en países desarrollados con mejor nivel de vida o engañando a una persona con propuestas falsas de matrimonio. El último informe The effects of the COVID-19 pandemic on trafficking in persons and responses to the challenges, UNODC de 2021, revela que, desde el inicio de la pandemia por COVID-19, ha existido una mayor presencia de la población en sus hogares y, a su efecto, quienes cuentan con los recursos para el uso de la red han invertido mayor tiempo conectados en las distintas plataformas tanto adultos como niñas y niños. Así como también, ha existido pérdida de los medios de subsistencia, ante lo cual los tratantes han aprovechado estas circunstancias para reclutar a nuevas personas de todo el mundo. De igual modo, este estudio señala que los tratantes aprovechan las medidas de distanciamiento social para transportar a las víctimas entre fronteras nacionales. Este mismo estudio, explica la afectación especial que experimentan los grupos de mujeres, niñas y migrantes [9].

Frente a este escenario, ¿cómo continuar combatiendo este grave delito?, a mi entender debemos hablar mucho más de este complejo fenómeno, expandiéndose más allá de un solo día, dialogando en espacios cotidianos en nuestras familias, en comunidades educativas, encuentros ciudadanos y en base a la cooperación interinstitucional entre todos los actores de la sociedad y especialmente las autoridades (locales, nacionales, regionales e internacionales) involucradas para que desarrollen innovadoras políticas públicas con enfoque de derechos humanos que permitan registrar datos (incorporando a población LGTBIQ+), la prevención (sensibilización focalizada a niñas, niños y adolescentes), protección y asistencia a víctimas, reparación y apoyo a sobrevivientes, así como, la persecución y sanción del delito, teniendo en cuenta nuestra realidad altamente globalizada, socialmente desigual, fluctuante por los efectos de la economía y la pandemia, igualmente desafiada por el buen uso de la tecnología con una nueva generación que se comunica mediante éstas comunidades virtuales [10].


REFERENCIAS

[1] Trabajadora Social, Universidad de Antofagasta, Chile. Máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Especialista en migración, refugio e inclusión social de grupos en situación de exclusión.

[2] “Trata de Personas” consiste en la captación, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Concepto del Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas. Artículo 3 a).  Disponible en español:  https://www.refworld.org.es/docid/50ab8f392.html

[3] UNODC: Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Global Report On Trafficking in persons. 2020. Disponible en inglés: https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/tip/2021/GLOTiP_2020_15jan_web.pdf [Accesado el 6 Agosto 2022] 

[4] ONU: Asamblea General. Resolución A/RES/68/192, Medidas para mejorar la coordinación de la lucha contra la trata de personas. 14 Febrero 2014. Disponible en español: https://www.un.org/es/ga/68/resolutions.shtml  [Accesado el 6 Agosto 2022]

[5] ONU: Asamble General, Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delicuencia Organizada Transnacional, 15 Noviembre 2000. Disponible en español:  https://www.refworld.org.es/docid/50ab8f392.html [Accesado el 6 Agosto 2022]

[6]  UNODC: Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Campaña internacional Corazón Azul. Disponible en la web: https://www.unodc.org/blueheart/es/index.html

[7] CTDC: Counter-Trafficking Data Collaborative. Organización Internacional para las Migrantes. Disponible en web: https://www.ctdatacollaborative.org/map/regional-exploitation [Accesado el 6 Agosto 2022]

[8]  Nota informativa del Grupo Interinstitucional de Coordinación contra la Trata de Personas (ICAT). Issue 01, 10/2016. Disponible en español https://www.acnur.org/prot/prot_mig/5f6e71844/cual-es-la-diferencia-entre-la-trata-de-personas-y-el-trafico-ilicito-de.html

[9] UNODC: Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. The effects of the COVID-19 pandemic on trafficking in persons and responses to the challenges. 2021. Disponible en inglés: https://www.unodc.org/documents/human-trafficking/2021/The_effects_of_the_COVID-19_pandemic_on_trafficking_in_persons.pdf

[10] ONU: Asamblea de las Naciones Unidas. Día Mundial contra la Trata. Disponible web: https://www.un.org/es/observances/end-human-trafficking-day [Accesado el 6 Agosto 2022]

Artículos relacionados

Si deseas publicar un artículo en Pólemos, envíanos un mensaje.

    El Portal Jurídico-Interdisciplinario «Pólemos» es un espacio virtual orientado al análisis de temas jurídicos y de actualidad. Nos distinguimos por tratar el Derecho desde un enfoque interdisciplinario, integrando conocimientos de distintas disciplinas para ofrecer una comprensión más integral y enriquecedora.

    EQUIPO EDITORIAL

    Directora: Marilyn Elvira Siguas Rivera

    Consejo Editorial:
    Valeria Tenorio Alfaro
    Raquel Huaco De la Cruz
    Claudia Dueñas Chuquillanqui
    Mariana Tonder Trujillo
    Carlos Curotto Aristondo
    Gustavo Sausa Martínez
    Guadalupe Quinteros Guerra
    Daira Salcedo Amador
    Alejandra Orihuela Tellería

    Camila Alexandra Infante García

    Jenner Adrián Fernández Paz

    SELECCIONADO POR EDITORES

    ÚLTIMOS ARTÍCULOS

    Pólemos @2024 – Todos los derechos reservados. Página web diseñada por AGENCIA DIGITAL MANGO