Entrevista realizada el viernes 13 de septiembre de 2019 en la Escuela de Posgrado (Derecho) de la Universidad San Martín de Porres al profesor Roger Arturo Bustamante Baca, comandante de la Policía Nacional del Perú en actividad con 25 años de servicio, quien cuenta con un título, maestría y doctorado en Derecho por la Universidad San Martín de Porres, siendo su área de especialización el Derecho Procesal Penal. De igual forma, cuenta con una maestría en Administración y Ciencias Policiales por la Escuela de Oficiales de la Policía Nacional del Perú con especialidad en Investigación Criminalidad. Ha seguido diplomados en Criminología en la Pontificia Universidad Católica y de Contrataciones con el Estado en la Universidad San Martín de Porres.
¿Cómo surgió su interés por la carrera policial y por la especialización en el Derecho Procesal Penal?
Bueno, en este caso yo tengo familia policía. Mi padre fue ex guardia civil y nunca quiso que yo sea policía, sino más bien profesional en otras carreras, pero siempre me nació desde muy joven. Creo que cada uno tiene su vocación y en mi caso apareció una vocación profesional de servicio en la Policía. Me interesó bastante el tema. Era una época dura debido al terrorismo, morían muchos agentes policiales y había bastante presión de los familiares y amigos. Sin embargo, logré obtener el título de alférez y siempre tuve este pensamiento: yo quería ser uno de los oficiales preparados y capacitados. Uno se va preparando profesionalmente y adapta un estilo desde que es joven. Eso fue exactamente lo que yo hice, pero en el camino me di cuenta de que necesitaba tener también un soporte, una base. En este caso yo decía “Quiero ser investigador, sí, pero también debo conocer las normas todo lo que es el derecho, de toda la parte jurídica”. Esto me motivó mucho a iniciar mis estudios en el grado de teniente y luego en Derecho en la universidad San Martín, que para mí es una de las mejores en lo que es el derecho penal y procesal penal.
Y así me fui formando a la par. Hace un año saqué el grado de doctor, ahora soy comandante y también estoy presentándome para obtener el grado de coronel. Voy a seguir a la par ambas carreras. Yo creo que para lo que es la formación del investigador, por lo menos para el oficial policía investigador, el Derecho es una carrera fin. Con el grado de doctor creo que cualquiera podría en este caso profesionalmente guiar a un grupo de trabajo, coordinar con el Ministerio Público y con el Poder Judicial. Este nuevo modelo procesal nos obliga a coordinar todo lo que es las acciones y operaciones, no solamente de tipo policial, sino también desde el punto de vista jurídico para poder realizar las acciones y operaciones dentro del marco de la ley con el conocimiento y con la experiencia. La idea también es poder también aportar. Creo que de eso se trata este modelo procesal: todos los operadores de justicia tenemos el mismo fin y ese es que debemos aportar al sistema.
En efecto, resulta muy interesante cómo el nuevo modelo nos exige balancear lo teórico y lo práctico. Ahora como le comentaba, en algunas facultades de Derecho es poco usual hablar de la criminalística. ¿Por qué un curso de este tipo debería ser (o no) obligatorio en la Facultad de Derecho?
Considero que debemos seguir al menos un curso de criminalística en cuanto forma parte de los conocimientos básicos que todo abogado debe tener. El abogado va a ser juez, va a ser fiscal, operador de justicia, litigante… entonces va a formar parte del sistema de justicia. También puede ser policía, como en este caso. Entonces, todos debemos tener una formación de conceptos básicos. No olvides que el abogado defiende una teoría el caso.
Y lo que se quiere ahora en el nuevo modelo procesal penal y con lo que son nuevas tendencias de la investigación criminal en el mundo y en el Perú es contar con un apoyo técnico científico. Se busca contar con ese soporte técnico científico para que ese indicio probatorio pueda transformarse en un medio de prueba y posteriormente en una prueba pero que reúna todas las condiciones de ser un elemento probatorio idóneo, suficiente y enmarcado dentro del debido proceso y respetando la formalidad de la cadena de custodia. Eso es lo que se busca también en la formación del abogado porque al defender una teoría el caso, él debe conocer el trabajo de campo. Lo mismo ocurre con el juez, igual con el fiscal, quien debe tener una formación también de criminalística. ¿El policía? ¡Con mucha más razón! Sobre todo porque es aquel que llega en un primer momento, eso que en otros países se conoce como “el primer respondiente policíal”. Aquel que llega al lugar primero, debe tener conocimientos básicos de Criminalística para así evitar que se contaminen los indicios, las evidencias. Debe de saber cómo entregar el escenario del crimen al señor fiscal de turno, cómo debe ingresar el abogado, por dónde debe hacerlo, etcétera. Es importante que recordemos que en este modelo procesar, el derecho de defensa opera desde el primer momento de la intervención y por ello el abogado debe conocer todos los conceptos necesarios.
(…) Pero, veamos: las universidades brindan mayormente la asignatura de criminalística de laboratorio. Es interesante, sí, pero, y creo que una vez lo mencioné a mis alumnos en clase, la criminalística de laboratorio es más para obtener una formación de peritos o de repente de operador de justicia (fiscal o juez). Yo considero que más bien debe de enseñarse la criminalística de campo porque esta es para todos, incluido el abogado litigante.
Me parece que queda bastante claro cuál es el aporte que tiene la criminalística para aquellos que se han especializado o que buscan especializarse en Derecho penal. Sin embargo, ¿usted cree que la criminalística es importante para aquellos alumnos que se quieren especializar en otras ramas? Digamos, civil, por ejemplo.
A ver. La criminalística es importante, sí, sobre todo ahora con las nuevas tendencias de la criminología. Se relaciona mucho con lo que es el derecho penal, el derecho procesal penal y todo lo que es la investigación criminal. Es el aporte. Es el soporte. Ahora, la criminalística también se trata de probar. Es por ello que yo creo que esta disciplina también nos sirve, por ejemplo, en el proceso civil, porque hay situaciones que deben comprobarse. Considero que por lo menos en las maestrías y especialidades de Derecho Procesal Civil, los alumnos también deberían llevar estos cursos básicos y tener, al menos, nociones elementales de criminalística.
Y justamente estaba revisando la tesis que este usted sustentó para su doctorado y ahí muchas veces se dice que el fiscal tiene a su cargo lo que es el planteamiento estratégico conducción y control de la investigación de delitos, mas creo que en esta tesis usted tiene una posición particular al respecto.
Es un tema amplio y discutible. Es una tesis en donde defendí una reforma constitucional para afianzar la función de investigación preliminar. Por una gran mayoría académica, muchos autores sostienen que hay tres etapas en proceso penal, pero yo considero que pueden ser cinco. Ahora bien, no es que nos desliguemos del Ministerio Público. Lo que ocurre es que cada uno tiene su competencia.
(…) Yo siempre digo a mis alumnos que la investigación científica, que es la razón de ser de toda universidad, es también la razón de ser de una maestría y de un doctorad. Una tesis debe ser relevante, debe tener rigor científico y debe aportar. Entonces, yo considero que, en principio, una tesis debe de encargarse del fundamento filosófico de por qué nacen las instituciones. Entonces ¿por qué nace la Policía Nacional? ¿Cómo se desarrolla esta institución en la historia y en el tiempo? ¿Por qué nace el Ministerio Público? Averigüemos su razón de ser, su esencia y cómo así esta institución nace para servir a la sociedad. Yo siempre digo: poderoso es el Derecho, pero más poderosa es la realidad.
Entonces, cada uno tiene su competencia. Yo considero que la investigación preliminar debe ser realizada por la policía, por supuesto que bajo la conducción del fiscal. Ahora, siempre que la conducción y la dirección es lo mismo ¡pero no es así! ¿Qué es lo que busca este nuevo modelo procesal penal, no sólo en el Perú, sino en Latinoamérica y en el mundo? La respuesta es: buscar la verdad mediante el trabajo de campo. El fiscal debe estar junto a la policía en el lugar de los hechos, debe conducir la estrategia, conducir todo lo que tiene que ver con el planeamiento del punto de vista jurídico, porque esa es su especialidad. Pero el policía tiene una formación operacional: la policía es aquella que investiga, no el fiscal, que por supuesto puede conocer criminalística, puede conocer de investigación criminal… pero no es policía. Lo mismo ocurre viceversa: el policía puede conocer derecho. Yo soy un comandante de la policía que se doctoró en Derecho, pero no voy a decir ni realizar las tareas de un fiscal. El Ministerio Público dirigirá la investigación desde lo jurídico, pero la policía lo hará desde lo operacional.
Normalmente se habla de un famoso binomio, pero con el tiempo ahora estamos hablando de un trinomio en la investigación criminal: el fiscal, el policía investigador y el perito. Aquí viene la gran relevancia de la criminalística porque es ella quien va a aportar el medio de prueba, va a ser quien dé un sustento a esa investigación y que cuente con suficientes elementos probatorios obtenidos idóneamente y que van a ayudar al fiscal a presentar su teoría del caso.
Todos tenemos el mismo fin. No podemos estar, Ministerio Público y policía, en una pugna, pero eso es lo que pasa muchas veces. “Yo, como fiscal, investigo solo” o “Yo, policía, investigo solo” y estamos más preocupados por esos temas cuando en realidad eso solo beneficia al presunto delincuente y a su abogado, quien va a tener muchas más herramientas para defenderle, porque se va a valer de las falencias del Ministerio Público, de la Policía y de la investigación. Si la policía es fuerte, entonces el Ministerio Público es fuerte. Ambos, desde su punto de competencia. Ambos trabajamos de la mano para realizar una investigación nos haga llegar a la verdad. Muchas veces pensamos y decimos en el derecho “¡Ah! ¡Vamos a llegar a la verdad jurídica!”. Sí, lo que se puede mostrar es una verdad jurídica, pero lo que se busca en esencia es la verdad de los hechos, a la cual debe otorgársele un soporte jurídico para que pueda sostenerse en un juicio, generando así los elementos de convicción para que el juez pueda verdaderamente establecer la responsabilidad penal.
En ese sentido, mi tesis trata sobre la necesidad de una reforma constitucional, ya que muchas veces colisionan las normas. Sobre todo, de segundo nivel. Por un lado, tenemos al Código Procesal Penal, luego tenemos el Decreto Legislativo 052, Ley Orgánica del Ministerio Público, pero también tenemos el de la PNP. A veces hay artículos que se contraponen con otros y hay una constante discusión de normas de segundo nivel. Entonces ¿qué hacemos? Pues debemos ir a la Constitución. El título preliminar del Código Procesal va a regir toda la interpretación de los demás artículos del Código. Según este texto, el Ministerio Público es conductor jurídico, pero no puede realizar la investigación por su cuenta, aunque habrá casos excepcionales. De todas formas, esta regla existe para evitar, por ejemplo, que la policía realice actos de corrupción y obstaculice la investigación, aunque también podríamos pensar lo contrario, cuando miembros del Ministerio Público caen en esas conductas. Y si ese es el caso ¿quién va a investigarlo? ¿el mismo fiscal? No podemos caer en eso, y por eso existen las competencias.
Es por ello que yo considero que, constitucionalmente, la policía debería tener a su cargo la investigación preliminar y ser así un operador de justicia. Y cuando el fiscal formaliza la investigación preparatoria, ahí la policía será una auxiliar, ya que el Ministerio Público ya tendría suficientes elementos convicción obtenidos en la etapa preliminar. Entonces, esa es la línea por donde voy. Es un tema muy complejo, sí, y la verdad es que tiene algunos detractores, pero yo considero que si esta tesis ha pasado por los filtros correspondientes y ha habido un jurado integrado por especialistas en procesal penal y penal que la ha aprobado y merituado, entonces creo hay un punto acertado en ella. ¿Es controversial? Sí, claro, mi tesis que es controversial, porque de una u otra manera yo tengo un corazón policía y muchos piensan que por ello defiendo a la institución, pero también podría decirse lo mismo de un fiscal, de un juez, etcétera. No obstante, en este caso yo presenté mi tesis como abogado, no como policía (…) Todo esto, al final, tiene como propósito el brindar un servicio a la sociedad.
En definitiva, todo parte del Estado: la acción penal, la investigación, la fuerza pública, el poder judicial (…) Todo lo que queremos es brindar un servicio de calidad, con eficiencia, con eficacia, un servicio ético, honorable, honesto e imparcial y que provea justicia. Tenemos el mismo propósito y no debemos pensar sólo en instituciones, sino en el respeto de nuestros compromisos. A fin de cuentas, el policía bueno es el primer testigo del fiscal, ambos van a ir a juicio, y ambos deben conocer y participar logró su estrategia conjuntamente con el Ministerio Público.
¿Y cómo se ha dado este cambio en otros países? Hay un capítulo en mi tesis que habla del derecho comparado. Esto nació en Alemania, la revolución del nuevo modelo procesal, luego tenemos el modelo estadounidense y cómo se han ido aplicando a Latinoamérica. Algo interesante es que en España no ha habido ningún cambio normativo procesal penal, ellos mantienen su línea. Entonces, el panorama es diverso, pero si vamos a realizar un cambio normativo, este debe adecuarse a nuestra realidad, la realidad del Perú. Por más que traigamos normas o modelos procesales que han nacido en otros países “más desarrollados desde el punto de vista del derecho”, creo que debemos adecuarnos a nuestras propias realidades.
Justamente, bien se sabe todas las disciplinas en los últimos años han sufrido cambios considerables debido a una serie de factores. Actualmente ¿Cuáles considera usted que son las mayores dificultades que tienen la criminalística en el Perú? ¿Qué podríamos afinar?
En primer lugar, se ha dado una ley del fortalecimiento de la función criminalística en la policía, se ha buscado crear un nuevo laboratorio de Criminalística de la Policía Nacional, también tenemos un Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Sin embargo, considero que, al estar separados, los recursos del Estado se pierden: se invierte en uno, se invierte en el otro, etc. Pienso que deberíamos potenciar un solo laboratorio porque los profesionales que están en el Instituto de Criminalística de la Policía, muchas veces pasan al retiro o al otro lado, principalmente porque hay mejores sueldos, mejor equipamiento, el Ministerio Público maneja un presupuesto diferente y por tanto cuentan con un apoyo institucionalmente. Evitemos el doble gasto y generemos un solo Instituto de Criminalística fortalecido y que sea una sola potencia que cuente con profesionales constantemente capacitados y con mejores pagos.
Tampoco debemos olvidar que no solamente hay laboratorios de criminalística en Lima, sino también en provincias en algunos lugares. Yo soy institucionalista, pero también toca hablar de las realidades que muchas veces se presentan ante la criminalística en el Perú y es que no contamos con todas las especialidades, no tenemos debidamente equipamiento, a veces no contamos con el apoyo económico ni logístico para poder contar con los insumos que se requieren. En este nuevo modelo procesal penal debemos de potenciar al investigador: él tiene que tener conocimientos elementales que le ayuden en su investigación a fortalecer su teoría del caso, pero si no cuenta con los insumos o los elementos ¿cómo puede conseguirlo? Desde ese primer momento, no va a tener el soporte que se requiere, su investigación no va a llegar a buen puerto.
Y este escenario me imagino que solamente colabora con la impunidad…
No sólo el tema de la impunidad, sino que principalmente afecta la trascendencia de la investigación. Como sabrás, la norma requiere que el operador cuente con suficientes elementos de convicción. ¿Una cantidad mínima? No, sino la mayor cantidad posible como para poder generar convicción, y que estos elementos hayan sido obtenidos idóneamente, que estén dentro de los formatos y en respeto a la cadena de custodia, que también cuenten con la ciencia y técnica de vida para se puedan emitir los dictámenes correspondientes.
Requerimos de equipamiento, pero también tenemos los insumos y ahí puede haber falta de interés por parte del Estado, porque no debemos de pensar solamente en las necesidades de Lima, sino también de las provincias. Muchas veces nuestros fiscales no conocen estos temas y nuestros policías tampoco. Y si ocurre un hecho criminal en provincia y no hay peritos ¿quién es el que debe recoger los elementos probatorios? Son los policías y el Ministerio Público y si no tienen esos conocimientos elementales ni con el debido equipamiento ¿Lo que encuentran va a valer? El abogado defensor de la otra parte podría cuestionar todo. Debemos evitar eso. Es por ello que es importante mejorar el nivel de especialización de los policías y de los fiscales, promoviendo su capacitación en el tema, sobre todo en provincias.
En general, tenemos que darle un poco más de trascendencia a la labor que realizan los peritos y también a la par de establecer relaciones estrechas con otras disciplinas, como la criminología. Como un pequeño aporte en la entrevista que estoy dando en este momento, quiero mencionar que en otros países se cuenta con Institutos de Criminología donde tenemos doctores criminólogos que son policías. Muchos dirán, pero ¿qué tiene que ver esto? Pues es muy importante para la prevención del delito. ¿Por qué se cometen delitos? ¿Existe un perfil del delincuente? ¿Por qué, a pesar de que se trabaja mucho en el ámbito de prevención, aún hay tasas elevadas de crimen en algunos sectores? Todo eso lo ve la criminología y aquí en el Perú, recién estamos prestándole atención al tema. Además de la criminología, también está la relación entre la política criminal y derecho penal. Como mencioné antes, se trata de un trinomio, y ya no de un binomio.
¿Quisiera usted agregar algo más a la entrevista?
Bueno, como mencionaba, nosotros muchas veces tenemos diferentes lineamientos, tenemos diferentes formas de percibir la realidad. A veces nos preguntamos por qué parece que nos hemos estancado, por qué la delincuencia crece, etcétera. Cada día tenemos muchos más factores a considerar. Por ejemplo, ahora las personas responsabilizan a los venezolanos del aumento del crimen, pero pensemos que pasaría exactamente lo mismo si fuera al revés. Si en Venezuela estuvieran bien económicamente y los peruanos fueran para allá, de repente pasaría el mismo fenómeno.
(…) Pero la respuesta está en un tema de formación y educación. Hoy, creo que tenemos que preocuparnos por la nueva generación. Esto no significa que sólo vamos a lanzar nuevas leyes, sino que debemos generar un cambio desde realidad misma. Veamos qué es lo que se necesita en los colegios, en la formación universitaria de pregrado y de posgrado, potenciemos el tema de la investigación, porque es ella la esencia de toda universidad. Tenemos que generar cambios y para ello debemos entender que uno no puede ser el profesional que simplemente viene, estudia, obtiene un grado académico y ya. ¿Qué es lo que ha aportado? Nada. Por eso debemos de generar cambios desde el grupo en el cual nos encontremos y siempre recordar que el tema profesional va de la mano con el aspecto ético.
Muchas gracias por su tiempo, profesor.
No hay de qué.