César Landa
Ex presidente del Tribunal Constitucional, profesor de Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Nacional de San Marcos
En la lucha contra el Covid-19 en el Derecho comparado varios países asiáticos han usado tempranamente las nuevas tecnologías para: 1.- La detección temprana de las personas contagiadas con el virus, antes que la pandemia se extendiera, evitando así una crisis sanitaria sin control. 2.- Realizar pruebas digitales –además de las presenciales- tempranas, seguras y rápidas, para aislar domiciliariamente a las personas de tener los síntomas, sin hospitalizarse. 3.- Rastrear mediante la geolocalización -GPS- la ubicación de las personas contactadas con un diagnosticado de Covid-19, para examinarlos, y, de ser su caso positivo aislarlos en cuarentena. 4.- Motivar a la responsabilidad y solidaridad de todas las personas a través de los operadores de telefonía móvil a quedarse en casa, lavarse las manos; así como, reclutar jóvenes voluntarios para realizar campañas informativas por las calles y redes sociales sobre las medidas sanitarias preventivas a tomar.
A la fecha, el Perú ha llegado a ocupar la sexta posición en el mundo de los países con la mayor población contagiada con el virus y en un momento el primer lugar de los países con más muertos por la pandemia en relación al total de su población. Lo cual ha puesto en cuestión el manejo gubernamental de la lucha contra el Covid-19 que inició en marzo el Presidente de forma rápida y oportunamente, adoptando medidas constitucionales al decretar el estado de emergencia: suspendiendo los derechos de libertad y seguridad personal, libertad de tránsito, derecho de reunión e inviolabilidad de domicilio, y; legales, al decretar la emergencia sanitaria. Además de un conjunto de decretos de urgencia, decretos legislativos y decretos supremos buscando combatir holísticamente la pandemia en el marco del Estado de Derecho; es decir no solo como un tema de salud, sino de empleo, alimentación, trabajo, educación, inversión, comercio internacional, seguridad, justicia, descentralización, infraestructura, etc.
Sin embargo, por los dramáticos resultados, todas estas medidas, además de las socio-económicas, no han sido suficientes e incluso en algunos casos han sido innecesarias o contraproducentes; por cuanto, las limitaciones de los derechos fundamentales mencionados han afectado colateralmente derechos no previstos de ser suspendidos en un estado de emergencia y/o emergencia sanitaria, como la libertad de trabajo, el derecho a la educación, el acceso a la justicia, la libertad de empresa, los derechos de los consumidores y usuarios, entre otros; con mayor perjuicio a las poblaciones vulnerables: pobres, presos, migrantes nacionales y extranjeros, mujeres, personas de tercera edad, entre otros, a pesar de las importantes ayudas socio-económicas.
De modo que, corresponde esbozar algunas ideas para combatir eficientemente ante la eventual segunda ola de la pandemia; mediante el uso de las tecnologías en el seguimiento digital del Covid-19. Así, si bien los países asiáticos con los más altos niveles tecnológicos pudieron al inicio evitar que la pandemia del Covid-19 se descontrole en su expansión, no se ha debido solo a una cuestión de contar con un gobierno digital y el desarrollo de la identidad digital para revertir la expansión del virus; sino, sobre todo, a su tradición cultural de obediencia a la autoridad que mantiene un poderoso aparato estatal; ya sea Corea del Sur, Japón, China, Singapur o Vietnam, más aún, en situación de peligro de la salud pública.
De esa manera, han podido tener mejores resultados, incluso que los países occidentales de las economías más ricas del mundo; aunque dado el des-confinamiento progresivo en ambas regiones se viene produciendo una segunda ola de la pandemia, aunque de forma más focalizada; dado el aprendizaje de dichos Estados en la lucha contra el Covid-19, donde el seguimiento digital es un instrumento de gobierno valioso y necesario en los países asiáticos; mientras que es un instrumento de uso facultativo ciudadano entre los países europeos.
En el Perú ante el penoso fracaso de la lucha contra la pandemia en el marco del Estado de Derecho, debido a razones históricas y sociales, que se manifiestan en el modelo económico neoliberal de la Constitución que infravaloró los asuntos públicos, como la salud pública, se requiere diagnosticar claramente las causas y nodos de la ineficacia parcial de las medidas gubernamentales; para replantear objetivos, metas, indicadores de avances y medios adecuados para relanzar la lucha contra el Covid-19, en la etapas de des-confinamiento, para coadyuvar a prevenir, controlar y revertir una segunda ola de la pandemia. En la medida que ni el Estado ni la sociedad puede solo esperar a que se desarrolle y llegue la vacuna anti virus al Perú el año 2021.
Porque, desde los orígenes de nuestra civilización occidental, Cicerón señaló que: Salus populus suprema lex –la salud del pueblo, suprema ley-; pero, además, porque la civilización humana ha llegado hasta nuestros días, Popper dixit, en razón del ensayo/error. Por eso, el ensayo gubernamental realizado si bien no ha tenido los resultados esperados, es indudable que de no haberlo hecho las consecuencias para los derechos fundamentales de todos hubieran sido peores, sobretodo de los más vulnerables, no solo en relación a la salud y vida de las personas,.
Por eso, ante la continuidad de la emergencia sanitaria y la extensión de la declaratoria del estado de emergencia, se debería relanzar el gobierno digital en materia de salud preventiva, mediante el fortalecimiento de la aplicación “Perú en tus Manos”; promoviendo la obligatoriedad de la identidad digital, por razones de salud pública, implementando el registro y el trazado de la pandemia, a efectos que las personas con registros de contagio tengan restringido salir debiendo estar en cuarentena, y, a las personas con síntomas se les limite razonablemente la movilidad.
El uso de las nuevas tecnologías no son neutrales, ni están exentas de su instrumentalización económica y/o política, en su diseño empresarial/institucional, implementación gubernamental y aplicación ciudadana; por eso, el relanzamiento del gobierno digital contra la pandemia debe basarse no solo en la protección del derecho a la salud personal, familiar y comunal, sino también incorporar la participación de la ciudadanía, sobre todo de la población más vulnerable, porque allí está en buena parte la razón del éxito o de un nuevo fracaso que ya no sería sostenible, humana ni políticamente.
Lima, 25 de septiembre de 2020