CASO
III Concurso Nacional de Litigación Laboral
Ferreyra Costa del Perú S.A es una empresa constructora de capitales extranjeros, que forma parte de un grupo transnacional que cuenta con múltiples operaciones en distintos países del mundo y se dedica, principalmente, a la construcción de infraestructura de gran envergadura. En sus más de 15 años operando en el Perú, ha obtenido múltiples reconocimientos como: Marco Talento 2013, distintivo de empresa socialmente responsable en el año 2014; premio Global Gold Achievement 2015, reconocimiento como una de las 100 mejores empresas para trabajar en América Latina; entre otros. En el mes de marzo de 2015, después de un arduo proceso de licitación, fue seleccionada como la empresa encargada de la construcción de un estadio a ubicarse en Villa El Salvador, dentro del marco de la designación del Perú como sede de los juegos Panamericanos 2019.
El 24 de febrero de 2017, mientras se ejecutaba la construcción del estadio, el señor Julio Gonzales Tapia, supervisor de la obra, se percató que el señor Juan Paredes Castro, obrero electricista, aún no llegaba a laborar y no había comunicado el motivo de su tardanza o inasistencia, por lo cual, señaló a los obreros lo siguiente:
“Esta es una de las prácticas que va en contra de los pilares de la empresa: la falta de comunicación y compromiso frente al trabajo. Su compañero Juan aún no llega, a pesar de ser las 11:00 am de la mañana y siendo consciente que estamos próximos a entregar la obra; más aún, considerando que solo contamos con 4 obreros electricistas, incluido él. Espero no se repita una situación como esta con alguno de ustedes. Eso es todo, pueden regresar a sus labores”.
Renato Paredes Cornejo, primo de Juan Paredes Castro, tiene 24 años, forma parte del equipo de fútbol de segunda división “La Caravana” y era un trabajador de la constructora con 3 meses de antigüedad a esa fecha (sujeto al régimen de la actividad privada). Sus labores se centraban en la instalación de griferías.
Inmediatamente después de que culminó de hablar el supervisor, se percató que tenía en el celular un mensaje de voz de su primo, quien le indicaba lo siguiente:
“Renato, me encuentro en la clínica. Mi hija ha amanecido con escalofríos y náuseas. Se encuentra en observación. En 40 minutos estoy saliendo para la obra. Por favor, cúbreme mientras llegue. Toma mis implementos que se encuentran en mi casillero. Yo ya culminé con las conexiones eléctricas de los camerinos, y solo me faltaba ajustar los sockets de porcelana para los focos. Ya cuando llegue hablaré con Julio. Muchas gracias, primo.”
Mientras Julio Gonzales Tapia se encontraba supervisando el acabado del palco principal del estadio, Renato Paredes Cornejo acudió a la zona donde Juan guardaba sus implementos para el desarrollo de sus labores. Se colocó el arnés y el casco, subió al andamio y empezó a tratar de instalar y ajustar los sockets.
Julio Gonzales Tapia se encontraba con otros obreros en el palco principal del estadio, cuando en eso escuchó el grito de una persona, giró a ver que pasaba y encontró corriendo a José Vílchez hacia él. José Vílchez le indicó que Renato Paredes había sufrido una caída y que se encontraba tendido en el piso, por lo que Julio Gonzales Tapia se trasladó al lugar del incidente y efectivamente encontró a Renato en el piso, quejándose de un agudo dolor en la espalda.
Ante dicha situación, Julio Gonzales Tapia llamó a una ambulancia para que Renato Paredes Cornejo sea trasladado a la clínica más cercana; sin embargo, en simultáneo, otros trabajadores llegaron al lugar del accidente con una camilla y, apoyándose en sus compañeros, Renato Paredes Cornejo pudo levantarse y acomodarse en ella quienes lo trasladaron a la entrada de la obra con el fin de esperar a la ambulancia. La ambulancia llegó y fue trasladado hacia la clínica.
Al llegar a la clínica, mientras era trasladado de la camilla de la ambulancia a una camilla de la clínica por los paramédicos, Renato Paredes Cornejo se cayó nuevamente al piso, dando fuertes gritos de dolor hasta que finalmente se desmayó.
Tras la realización de los exámenes médicos pertinentes, los médicos de la clínica establecieron que el diagnóstico de Renato era Hernia Discal entre los discos L4 y L5 y que se requería de una operación y rehabilitación para su restablecimiento.
A los dos meses del accidente, y cuando aún se encontraba en descanso médico, la empresa le recordó que el vínculo laboral por obra o servicio específico culminaría, por lo que le propuso ampliarle el seguro médico EPS por 6 meses adicionales luego de su desvinculación, tiempo que habrían pronosticado los médicos para su restablecimiento. Renato Paredes Cornejo aceptó esta propuesta, ya que su cuñado le había ofrecido un puesto de trabajo en una nueva empresa que estaba constituyendo, especializada en el traslado y desempaque de materiales de construcción.
Luego de ser dado de alta y de haber asistido a todas sus citas de rehabilitación, Renato Paredes Cornejo empezó sus labores en la nueva empresa de su cuñado. Al mes de haber comenzado su trabajo, empezó a sentir punzadas en la espalda y el adormecimiento de su pierna derecha, por lo que alarmado acudió a una consulta médica. Tras la realización de nuevos exámenes clínicos, se le diagnosticó lumbocitalgia.