Alessandro Caviglia[1]
Dr. en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Profesor Asociado del Departamento Académico de Teología de la PUCP. Profesor de las cátedras «Ciencia, Ética y Religión» y «Ciencia, Ética y Cristianismo» en la PUCP. También es Profesor de la Carrera de Filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), donde tiene a su cargo las cátedras de «Seminario de Kant», «Corrientes Éticas» e «Interculturalidad y Derechos Humanos».
El domingo 13 de abril no ha dejado Mario Vargas Llosa. Sin duda, el Perú está de luto porque se fue una persona notable: un gran escritor y pensador. Tal vez, junto a Gabriel García Márquez, fue uno de los pilares fundamentales del Boom Latinoamericano. Obtuvo el Premio Nobel bien merecido, igual que muchos otros premios y reconocimientos. Nadie puede negar su brillantez como escritor. Sus novelas nutrieron la imaginación y el alma de muchas personas en el mundo entero y el contenido de su obra literaria fue consistente con gran parte de su pensamiento político. Pero se podría decir que se trató de un lo que Gramsci denominó «intelectual orgánico» porque su posición política fue cambiando a lo largo del tiempo.
Vargas Llosa comenzó, como muchos estudiantes de su generación, con cierta admiración por la Revolución Cubana. Así lo declaró, años después, “Yo me empeñé en ir a San Marcos pensando que ahí habría comunistas. Sentía, después de leer a Jan Valtin, que el comunismo era lo único que podía salvar al Perú del horror que empezaba a descubrir. Durante un año, milité en el grupo Cahuide, el nombre con el que el Partido Comunista trataba de reconstruirse” (Redacción RPP, 2018).
Pero, en las conversaciones que tuvo en el llamado «Grupo Cahuide», donde defendió la importancia de leer a los literatos que no solo se encargaban de defender el sistema soviético. Vargas Llosa defendió entonces la lectura de autores con Jean Paul Sartre. Pero el caso Padilla fue lo que hizo que nuestro novelista tomase distancia del Castrismo, por ende, de la izquierda latinoamericana. La detención del poeta Herbert Padilla por parte de Fidel Castró generó una disputa, no solo en el Grupo Cahuide sino también, posteriormente, entre los escritores del Boom. En esa disputa se mezclaron diferencias ideológicas y disputas personales, como señala Juan Goytisolo en una entrevista publicada en Cuadernos Latinoamericanos. Allí se dice que:
Tanto como Barcelona, el elemento que aglutinó a los autores del boom latinoamericano fue Cuba. La revolución de los barbudos reavivó en Mario Vargas Llosa el ímpetu socialista que había quedado diezmado tras su paso por Cahuide. Pero la censura, la represión política, los campos de concentración y, en 1971, el caso Padilla lo separaron de Fidel Castro.
—Heberto Padilla era un poeta cubano un tanto polémico —dice Luis Goytisolo— Fidel Castro lo detiene y el caso es que Mario me llama un día para redactar un manifiesto que expresase nuestra repulsa. Estábamos en su casa yo, mi hermano Juan, Jaime Gil de Biedma, Hans Magnus Enzensberger y Castellet. Yo intervine, en el sentido de que tal vez hacía alguna observación que me parecía oportuna. El manifiesto se hizo en una tarde. Luego Juan lo difundió por Francia, y Simone de Beauvoir, Sartre y Susan Sontag, entre otros, lo firmaron.
—¿Usted cree que el caso Padilla es lo que rompió el boom?
—Lo de Padilla no fue la causa de nada. La ideología política aquí pintaba poco. Había rencillas, problemas personales. Los autores comenzaron a dispersarse y muchos se fueron de Barcelona para América. Después, hubo aquel enfrentamiento entre Vargas y García Márquez en México…(Durán, 2020)
Esa experiencia lo hace tomar distancia del socialismo, como una forma más del autoritarismo que siempre cuestionó con severidad, lo que lo acerca al liberalismo. Así, cuando terminó sus estudios y comenzó a ser un escritor que se hacía un nombre propio, dio el giro hacia el liberalismo. Dicho cambio se hace intenso en Inglaterra viendo la actitud de Margaret Thatcher y con la lectura de Friedrich von Hayek. Su giro al liberalismo marcó definitivamente su derrotero intelectual y político. Encontró en él un mejor antídoto contra toda forma de autoritarismo. Pero el liberalismo no es, en realidad, una doctrina política homogénea, sino que una familia de doctrinas que tiene posiciones más progresistas y otras más conservadoras. Como muchos liberales latinoamericanos, nuestro Premio Nobel comenzó con Hayek, Karl Popper y Raymond Aron, y se desplazó hacia Isaiah Berlin, lo cual lo condujo a oscilar entre un liberalismo más conservador y un liberalismo menos conservador. El liberalismo progresista de John Rawls no lo alcanzó lo suficiente.
Pero su posición dentro del conservadurismo conservador lo hizo fundar el FREDEMO, enfrentarse a Fujimori y defender el trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Durante la segunda década del siglo presente terminó acentuando aspectos más conservadores de su liberalismo. Se convirtió, al lado de Fernando Savater, en un defensor de las Corridas de Toros, señalando que se trataba de una expresión cultural (Morales, 2020; ABC, 2012). De esta manera, el pensamiento político de Mario Vargas Llosa pasó del castrismo al liberalismo, y dentro del liberalismo se fluctuó entre un liberalismo más conservador a otro menos conservador. Su legado liberal se encuentra, sin lugar a duda, en su El llamado de la tribu (2018), libro muy sugerente y muy bien escrito.
Ese recorrido no mella en nada su consistencia como persona y su crítica a toda forma de autoritarismo. Su aporte al Perú y al mundo ha sido invaluable tanto en su obra literaria como en sus intervenciones como intelectual público; ese tipo de intelectuales que tanta falta hacen hoy en día, cuando la academia está capturada por la cuantificación de las indexadoras y en las redes de los cuartiles.
- Filósofo. Profesor del Departamento Académico de Teología de la PUCP y de la Carrera de Filosofía de la UARM. ↑
REFERENCIAS
Durán, M. (2020, julio 27). Diálogo con Vargas Llosa. El fuego de un subhombre. Cuadernos Latinoamericanos. https://cuadernoshispanoamericanos.com/dialogo-con-vargas-llosa-el-fuego-de-un-subhombre/3/
Morales, J. (2020, marzo 15). La encendida defensa de Vargas Llosa de la tauromaquia como arte. El Asombrario & Co. https://elasombrario.publico.es/encendida-defensa-vargas-llosa-tauromaquia-como-arte/
Redacción RPP. (2018, marzo 1). Mario Vargas Llosa contó su pasado comunista en nuevo libro. https://rpp.pe/cultura/literatura/mario-vargas-llosa-conto-su-pasado-comunista-en-nuevo-libro-noticia-1107859
Vargas Llosa: «El toro es tratado con inmenso amor, aunque lo ignoren los animalistas». (2012, mayo 7). ABC.
Vargas Llosa, M. (2018). La llamada de la tribu (Primera edición). Alfaguara.