Alexandra Molina Dimitrijevich
Abogada y docente de la Universidad de Lima. Docente de Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad Científica del Sur. Líder del grupo de investigación de Derecho Constitucional Comparado de la Universidad Científica del Sur. Master en Administración Pública por la Universidad Libre de Bruselas. Master en Estudios Hispánicos por la Universidad de Cádiz. Diploma de Estudios Políticos y Constitucionales por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC)- España.
El 7 de julio de 2024, exactamente una semana antes del emblemático día nacional que conmemora la Toma de la Bastilla, Francia vive un momento de esperanza, al conseguir frenar el avance de la extrema derecha, a través de los esfuerzos conjuntos de unidad republicana del Nuevo Frente Popular (Izquierda y centro-izquierda), Ensemble –Juntos- (centro macronista) y el sector predominante de Los Republicanos (derecha tradicional, que entra en tensión con la escisión de Éric Ciotti, más proclive a facilitar el triunfo de la ultraderecha).
En esa fecha se produjo el denominado “Ballotage”, es decir, una segunda vuelta de las elecciones legislativas, convocadas por Emmanuel Macron después de los resultados de las elecciones para el parlamento europeo llevadas a cabo en mayo, en uso de su prerrogativa consagrada en el artículo 12º de la Constitución francesa de 1958. Como consecuencia de la disolución, inmediatamente se convoca a elecciones para la Asamblea Nacional (el senado no puede disolverse), las cuales se dan a dos vueltas y bajo el sistema electoral mayoritario (el famoso “winner takes all”) que tiene una peculiaridad adicional: se admite la posibilidad de que tres candidatos vayan a la segunda vuelta, ya que esta no necesariamente se da entre los dos primeros, sino entre quienes superen un determinado porcentaje (el 12.5% de votos de los electores inscritos). A esta figura se le conoce como las “elecciones triangulares” (triangulaires) o, si quedan 4 que superaron ese porcentaje, pueden darse las “cuadrangulares” (quadrangulaires). Sin embargo, la unión republicana contra la extrema derecha de Rassemblement National se puso de acuerdo en varios municipios para votar a quien tenga más posiblidades de derrotar al lepenismo y el objetivo se consiguió, diseñando esta jornada un mapa electoral poco auspicioso para este grupo político, liderado por el joven Jordan Bardella, quien aspiraba a convertirse en primer ministro. Aunque con fragmentación política, el referido Frente Popular ha obtenido el mayor número de escaños (182), seguido de Ensemble de Macron (168), quedando la extrema derecha en un tercer lugar (143 escaños) que, por el momento, los aleja de sus ambiciones políticas, a pesar de subir en escaños con respecto a las elecciones de 2022.
Como dije en la nota publicada en este mismo espacio en el año 2022 (hace exactamente 2 años), después de los resultados de las elecciones en Francia, que daban a Macron una aritmética de escaños de difícil gobernabilidad, las cosas podían ponérsele complicadas, poniendo a prueba el régimen político francés, de naturaleza semipresidencialista. En marzo de 2023, su entonces primera ministra, Élizabeth Borne, salvó por la mínima la censura, en medio de las protestas en las calles por la reforma de las pensiones. Hoy es inminente la posibilidad que mencionamos también en ese artículo: el regreso de la figura de la “cohabitation”, que consiste en la coexistencia en la jefatura de gobierno de un Premier Ministre (jefe de gobierno) de signo político distinto al Presidente de la República (jefe del Estado). Como recordamos, en el régimen semipresidencialista francés, a diferencia del Perú (pese a los giros pseudo parlamentaristas que tenemos aquí), la jefatura del gobierno y la del estado recaen en personas distintas (un poder bicéfalo) y, también a diferencia del Perú, el Presidente de la República en Francia preside el Consejo de Ministros (artículo 9º de la Constitución de 1958).
La cohabitación (que se dio por última vez a fines de los noventas con la presencia en el premierato del socialista moderado Lionel Jospin durante el gobierno de Jacques Chirac), dejó de operar en la práctica después de la reforma del “quinquennat” (es decir, la reforma constitucional que reduce el período presidencial de siete a cinco años). Ello tuvo ciertamente un impacto en la vida política francesa, al evitar la cohabitación durante años toda vez que, al reducirse tal período, se hacía más probable que los partidos políticos que ocupan la presidencia coincidan con la mayoría parlamentaria. Voces autorizadas como la de Tusseau (2022), sostienen que tal reforma (vía Ley Constitucional del 2 de octubre de 2000 reformando el artículo 6º de la Constitución), es un factor que influye fuertemente en la “estabilidad de los ritmos electorales y en la atribución quinquenal del poder” (p. 779), pero, como el mismo autor sostiene, no la garantiza. La prueba es, claramente, esta elección. A día de hoy es difícil pensar en que no volverá la cohabitación, pese a la discrecionalidad en el nombramiento del Premier que reposa en manos del Presidente de la República (artículo 8º de la Constitución de 1958). No obstante, recordemos que Francia no es un presidencialismo puro, y que el presidente ha de calibrar ese nombramiento pensando en mecanismos que también tenemos aquí, como la censura y la cuestión de confianza (artículo 49º, párrafos 1 y 2 de la Constitución de 1958) y la peculiar figura del párrafo 3 (que definitivamente no tenemos): cuestión de confianza sobre un proyecto de Ley que verse sobre finanzas o seguridad social, que se adopta automáticamente (es decir, sin ser sometido a votación), a menos que se presente una moción de censura en 24 horas, procedimiento que el gobierno de Borne y el ejecutivo de Macron consiguieron aplicar en 2023.
Hoy, julio de 2024, estas cuestiones tienen matices. La presencia de diversos actores políticos y por supuesto la fragmentación política de la Asamblea Nacional han dado viada a esta situación. Por de pronto, Gabriel Attal (el joven actual primer ministro, del macronismo), ya ha presentado su dimisión, y, dados los resultados obtenidos, se espera que asuma el premierato cualquiera de los múltiples líderes del Nuevo Frente Popular: ¿Será la ecologista Marion Tondelier, el izquierdista Jean Luc Mélenchon de La France Insoumise –LFI– o su correligionaria Clémence Guetté, o, tal vez, en un peculiar giro, el ex presidente Francois Hollande que ha visto aquí, triunfante, su oportunidad de regresar a la vida política (Macron llega al poder político durante su gobierno)?.
En lo que respecta a Macron, al haber sido elegido de manera directa por el voto popular (posibilidad que existe en la V República francesa desde la reforma constitucional de 1962), es improbable que deje el cargo antes de 2027, ya que se le elige por mandato fijo (a diferencia de los presidencialismos puros). No obstante ello, esta nueva etapa de su gobierno es un gran desafío para replicar los consensos conseguidos en la campaña para esta elección, siendo el desafío más importante el bastante probable retorno de la cohabitation. Además, una Asamblea Nacional todavía más fragmentada que la que emanó de las elecciones de 2022 le obligan a dinámicas de pacto, introduciéndose en el semipresidencialismo francés elementos más bien usuales en el parlamentarismo, que acotan la discrecionalidad presidencial antes mencionada.
Sea cual fuere el desenlace, es de admirar la lección republicana dada por Francia a los pueblos del mundo, donde políticos de distintas fuerzas se unen para proteger los valores esenciales de una nación contra agrupaciones políticas que los niegan tajantemente, evitando pactar con los extremos pre-constitucionales y venciéndolos en elecciones limpias y libres. Una medalla de oro para la democracia constitucional.
Bibliografía
Molina Dimitrijevich, Alexandra (2022). El régimen político francés: a prueba tras las elecciones legislativas de 19 de junio. https://polemos.pe/el-regimen-politico-frances-a-prueba-tras-las-elecciones-legislativas-del-19-de-junio/ (fecha de consulta: 8 de julio de 2024).
Tusseau, Guillaume (2022). Droit Constituttionnel et Institutions Politiques. Éditions du Seuil.
https://www.lemonde.fr/resultats-elections/ (fecha de consulta: 9 de julio de 2024).
https://www.lemonde.fr/resultats-legislatives-2022/ (fecha de consulta: 9 de julio de 2024).