Jennifer Villodas Aguilar
Psicóloga social por la Pontificia Universidad Católica, trabajó en Demus (Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer).
Pólemos: ¿Cuáles han sido los avances con respecto a la aprobación de la despenalización del aborto por violación sexual y otras causales?
Jennifer: La despenalización del aborto por violación sexual ha sido y continúa siendo una batalla cargada de mucha indignación, dolor y desesperación, pero también de convicción, fuerza y perseverancia. Desde los movimientos feministas, sobre todo, ha habido muchos intentos porque esta realidad no sea considerada como un tema más de coyuntura, sino como un resultado de las carencias que tiene nuestro Estado para no atender a las mujeres y las violencias que sufrimos. En ese sentido, desde una medida legal, el proyecto de ley se ingresó, pero no fue aprobado porque los dogmas de fe nuestros padres y madres de la patria no les dejaron notar que estamos en un Estado laico. El proyecto de ley no solo fue la presentación de la propuesta, sino todo un movimiento que se trasladó a las calles para exigir que las mujeres tengan el derecho de decidir sobre sus cuerpos. Considero que esto último generó las mayores ganancias en cuanto a la despenalización del aborto, porque se pudo conectar con las personas, transmitirles que lo pedíamos no era descabellado, como muchos y muchas se cansaron de decir, sino que era un asunto de derechos humanos y eso no era negociable. Se sumaron ciudadanas y ciudadanos de a pie, artistas, periodistas, congresistas, personajes públicos en general. Tal fue el impacto que se generó que hubo un incremento estadístico del nivel de aprobación de este proyecto en la opinión pública. Ese es un avance invaluable. Por otro lado, si bien este proyecto cobró un impacto coyuntural y también se manoseó políticamente, terminó por ser parte de las exigencias presentadas a los partidos postulantes a la presidencia.
P: Acerca de la Violencia a la Mujer y los casos de Feminicidio durante este año (Marcha NiUnaMenos), ¿Cuáles han sido los avances más significativos en materia legal y polític
J: Existe varias iniciativas desde este gobierno, sin embargo, podría mencionar dos avances que a mi parecer han sido significativos en la materia de erradicar la violencia contra la mujer. Por un lado, la aprobación del Plan Nacional contra la Violencia de Género y la Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar. Ambas medidas legales han sumado en el reconocimiento de los diferentes tipos de violencia que vivimos las mujeres, así como incorporado a todas las instancias públicas para dar respuesta a dichos episodios de violencia. Lo importante de aquí en adelante es que se cumplan con estos procedimientos o, dicho de otro modo, hacerlos cumplir.
Desde una mirada política, es indiscutible que nuestra movilización ha puesto en agenda pública y política la realidad que vivimos las mujeres y ahora se ha incorporado en todos los discursos de derechos humanos, lo cual nos demanda estar más pendientes de lo que se diga, pues de esos compromisos también depende que sigamos avanzando en materia de derechos humanos de las mujeres.
P: Con respecto a los movimientos “Con mis hijos no te metas” y “Con la Igualdad no te metas” ¿Qué opinión le merece las políticas educativas con perspectiva de género? ¿Qué mejoras se podrían plantear?
J: El Currículo Nacional de Educación Básica ha generado impacto polémico por integrar, de alguna forma, un enfoque de derechos humanos; en realidad un avance en este enfoque, porque aún nos falta mucho por caminar. Sin embargo, en nuestra sociedad aún machista y conservadora, hablar, por ejemplo, del libre desarrollo de la personalidad de niños y niñas es casi un pecado original. ¿Por qué? Bueno, con este currículo estamos hablando de que niñas y niños puedan explorarse a sí mismas/os sin que medie ningún tipo de restricción por su sexo, género, de tal forma que sus relaciones puedan construirse en igualdad y respeto.
P: Acerca de derecho a la identidad de género ¿Qué avances y retrocesos han existido? (Proyecto de Ley)
J: Ha habido redes y colectivas que han hecho un gran esfuerzo por construir propuestas sobre el derecho a la identidad de género. Lo último que ha acontecido es que la Red Trans con el apoyo de Marissa Glave e Indira Huilca ha presentado el anteproyecto de ley.
En el camino, para construir las propuestas que hubo antes de este anteproyecto, hubo aciertos y desaciertos para consensuar sobre el enfoque del que se iba a partir. En ese sentido, a los movimientos LGTBIQ nos resta un largo camino por entendernos entre nosotrxs mismxs y así mantenernos unidxs en las luchas de ahora y las que siguen.
P: Sobre el caso de las esterilizaciones forzadas, ¿Cuál es el estado actual del proceso y qué medidas se tomarán para lograr que las víctimas tengan justicia?
J: La última respuesta que ha recibido este caso ha sido la negativa de la fiscal a cargo de la investigación de reconocer a estos delitos como crímenes de lesa humanidad, solo ha reconocido que los delitos existieron pero que fueron aislados, producto de la mala praxis de los médicos de esos centros de salud. Frente a esta situación, Demus Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer, ha presentado un recurso de queja para que el Fiscal Superior sea quien denuncie finalmente a los responsables políticos. Se espera que este recurso sea suficiente para hallar justicia, sin embargo, de no ser así, se irá a instancias internacionales; se probará toda medida para que estos casos no queden impunes. Mientras tanto, las organizaciones de afectadas, y patrocinados y patrocinadas siguen de pie en la vigilancia y lucha por justicia.
P: Finalmente ¿Qué opinión le merece lo avanzado en lo que respecta a derechos de la mujer y qué temas aún quedan pendiente para el año que viene?
J: En nuestro país los derechos de las mujeres aún son considerados como descartables. Si bien ha habido un avance significativo en cuanto a la opinión pública, política, medidas legales y una mayor movilización en las calles, todavía existen muchos temas sobre los derechos fundamentales de las mujeres que aún no son contemplados como derechos. Un claro ejemplo de ello es la negativa a despenalizar el aborto en casos de violación sexual; la impunidad frente a las esterilizaciones forzadas, delito que aún no se reconoce y, por tanto, mantiene en entredicho la veracidad de la palabra de las mujeres; y la violencia sexual reiterada que vivimos miles de mujeres a diario. Este escenario nos dice que en materia de derechos sexuales y reproductivos, las mujeres somos objetos de dominación, nula decisión y sometimiento, ya que nuestra educación nos enseña a reprimir nuestra sexualidad mientras que nos impone un servicio abnegado al otro (hombre). Por ello, se debe trabajar el imaginario social por medio de una educación (escolar/comunitaria/universitaria/profesional) que cuestione este sistema misógino y patriarcal, para empezar a construir una sociedad equitativa e igualitaria en la que no solo se reconozca hombres y mujeres, sino a la diversidad de identidades.