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Cultura, derechos culturales, patrimonio cultural 2.0: Ejerciendo ciudadanía cultural en tiempos de pandemia

por PÓLEMOS
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Dra. Adriana Arista Zerga

Abogada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos-Perú, Doctora en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Barcelona-España. Especialista en temas de patrimonio cultural y derechos culturales. Actualmente es profesora asociada del Departamento de Estudios Españoles, Portugueses y Latinoamericanos de la Universidad de Nottingham-Reino Unido. Miembro del Instituto del Patrimonio Cultural Inmaterial-IPACIM-Barcelona, del Centro para el Estudio de las Sociedades Post-Conflictos-Universidad de Nottingham y de la Association of Critical Heritage Studies.


Ideas preliminares

En estos días y semanas de confinamiento, venimos escuchando una palabra constantemente “reinventar”, la cual viene del verbo “inventar” que según la Real Academia de la Lengua significa “Hallar o descubrir algo nuevo o no conocido. Dicho de un poeta o de un artista: hallar, imaginar, crear su obra” es decir el reinventarse sería redescubrir, re- imaginar y recrear algo. El dinamismo de todos los elementos vinculados a la cultura, tales como el patrimonio cultural material e inmaterial, las industrias culturales y las tradiciones y saberes, demuestra que el sector cultural es un sector que no es estático, es uno de los sectores de la sociedad que cambia de acuerdo a las coyunturas globales y locales, se adapta, se reinventa y se recrea constantemente, ese movimiento, ese dinamismo es una de sus principales características y riquezas, aunque a la vez puede ser también un punto en contra si no existe una política cultural amplia y activa que responda a ese dinamismo y a esos cambios.

Este texto es una suerte de observación preliminar de lo que está pasando en el sector cultural en estos momentos de crisis del COVID19. Considero que hay un cambio por un lado en el ejercicio de los derechos culturales[1], tales como el derecho al disfrute y acceso a la cultura, a través del derecho de formar parte de la vida cultural, beneficiarse de los progresos científicos, además de favorecer la cooperación internacional en el ámbito de la ciencia y la cultura, y por lo tanto se hacen necesarias nuevas estrategias de protección, de uso y de disfrute de estos derechos (vinculados al patrimonio cultural y las industrias culturales), las cuales de alguna manera se han ido dando en varios países, como una rápida respuesta de un sector que quizás no se le sienta tan importante frente a los grandes retos de salud, económicos, etc. que estamos viviendo, pero que en este texto busco demostrar la importancia y los grandes cambios que se han dado en el ejercicio de nuestra ciudadanía cultural[2].

Quizás sea redundante señalar que la actual pandemia global del COVID19 afecta y afectará todos los niveles de la vida en sociedad. En pocos meses hemos pasado a tener una nueva forma de vivir, y hasta de morir, estamos confinados en nuestros hogares y en este confinamiento también relucen las grandes diferencias económicas y sociales que nos aquejan desde hace muchas centurias.

De todos los sectores afectados es quizás el sector cultural al que menos se le ha prestado atención en estos meses, en realidad es una carencia que este sector mantiene incluso en la época anterior a la pandemia. Este texto no tiene respuestas concretas o soluciones, pero sí busca presentar algunas ideas para el debate, algunos puntos relacionados al tema de la cultura en estos tiempos de pandemia, pero principalmente centrándome en el patrimonio cultural y demostrar que hay algunas cosas positivas dentro de todo lo que estamos viviendo en la actualidad.

  1. Derechos culturales y patrimonio Cultural 2.0

Como señalaba en párrafos anteriores, en estos momentos de confinamiento hay un cambio en el ejercicio de nuestros derechos culturales, vinculados al acceso y disfrute a la cultura, entre ellos el patrimonio cultural. En la actualidad tenemos la posibilidad, la única forma, de ejercerlos desde nuestra casa, la cultura se ha convertido en un espacio de democratización del acceso y conocimiento de bienes culturales, sitios arqueológicos, arquitectónicos, museos y colecciones, expresiones artísticas, colecciones bibliográficas, etc. que van más allá de las fronteras físicas y económicas que antes existían.

A través de la internet accedemos a un nuevo espacio que se ha abierto, casi en su totalidad, a todas las personas en el mundo. Por ello, pienso que estamos ante el ejercicio de los derechos culturales 2.0, a través del acceso y disfrute del patrimonio cultural 2.0. Y este ha sido quizás uno de los aspectos positivos más importantes durante esta crisis mundial. La cultura como espacio de democratización, de encuentro de búsqueda de bienestar, pero que también puede ser utilizado en esta nueva forma de educación en casa, como una herramienta que sostenga los estudios de diversas materias escolares y universitarias.

Según datos de la UNESCO el 90% de los sitios que forman parte del Patrimonio Mundial y el 95% de museos están totalmente o parcialmente cerrados: “El cierre de sitios históricos, museos, teatros, cines y otras instituciones culturales está poniendo en riesgo la financiación de artistas e industrias creativas, así como para la conservación de lugares extraordinarios, el sustento de las comunidades locales y los profesionales culturales. COVID-19 ha suspendido muchas prácticas del patrimonio cultural inmaterial, incluidos los rituales y ceremonias, que han impactado a las comunidades de todo el mundo. También ha costado muchos trabajos, y los artistas de todo el mundo, la mayoría de los cuales dependen de actividades auxiliares para complementar los ingresos de su arte, ahora no pueden llegar a fin de mes.”[3]

Por ello, la UNESCO ha lanzado diversas iniciativas en pro de las industrias culturales y el patrimonio cultural. En el mes de abril se inició la campaña #ComparteNuestroPatrimonio #ComparteCultura[4] con la finalidad de “promover el acceso a la cultura – desde los bienes del Patrimonio Mundial hasta las prácticas vinculadas al patrimonio vivo – durante este período de confinamiento masivo”, esto a través de una exposición interactiva en línea que presenta varios bienes del Patrimonio Mundial a nivel mundial y también señalan que compartirán, dentro de esta plataforma, testimonios de los administradores de los sitios del Patrimonio Mundial, cuidadores de estos lugares excepcionales, “que le ofrecerán una visión única del impacto del COVID-19 en los sitios del Patrimonio Mundial, así como en el patrimonio cultural inmaterial de las comunidades circundantes”.

En el caso de las industrias culturales, la UNESCO está promoviendo la campaña ResiliArt, con la finalidad de buscar soluciones para las industrias creativas, a través de discusiones con profesionales claves de la cultura, pero también con la voz de los propios artistas, uno de los sectores más afectados por esta pandemia.[5]

Podríamos decir que diversos países han actuado en la misma línea, pero quiero destacar lo desarrollado por Italia. Mediante la iniciativa digital “La cultura no para” #Io resto a casa,  conformada por seis secciones que se actualizan día a día, que incluye: museos, libros, música, educación y teatro que van agregando las iniciativas virtuales no solo de los entes estatales de la cultura, sino también del mundo del entretenimiento, la música y los medios audiovisuales, en estas secciones historiadores del arte, arqueólogos, archiveros, bibliotecarios, restauradores, arquitectos, autores, escritores, actores y músicos revelan obras inéditas, clásicos, obras maestras, curiosidades, secretos y el detrás de escena de sus instituciones. “Es una rica oferta cultural accesible desde casa que permite a los italianos mantenerse en contacto con el arte y la cultura, incluso en esta difícil circunstancia”[6].

De la misma forma el Ministerio de Cultura y Deporte de España puso en marcha la campaña “#La cultura en tu casa”, en la que se pueden realizar visitas virtuales a exposiciones, teatro, cine, música, préstamo de libros y audiolibros[7]. Uno de los museos más emblemáticos del mundo “The British Museum” ofrece en su plataforma online acceso a su gran colección, así como diverso material educativo que puede ser utilizado por estudiantes y profesores.[8]

Dentro de la región, Chile ofrece a través de la plataforma digital del concurso “Santiago en 100 palabras” materiales desarrollados para crear cuentos breves, hay materiales tanto para estudiantes como para profesores. En Ecuador el Ministerio de Cultura y Patrimonio, dentro de la etapa 1 del “Plan Integral de Contingencia para las artes y la Cultura” a través del enlace “Sitios Culturales”, promoviendo además la idea de #Quédate en casa, ha reunido en una sola sección contenidos, información e iniciativas culturales que pueden ser visitadas en línea[9].

Por su parte el Ministerio de Cultura de Argentina desarrolla la plataforma “Compartir Cultura” donde agrupa “el contenido audiovisual único que reúne en un mismo lugar lo mejor de las expresiones artísticas y culturales de nuestro país, catalogadas y ordenadas para que puedan ser accesibles para todas y todos. Cine, teatro, música, artes visuales y literatura son algunas de las secciones en las que se puede encontrar producciones de gran calidad realizadas para los distintos programas y medios del Ministerio”[10]. Estos son algunos ejemplos internacionales de la respuesta cultural ante la pandemia.

En el caso del Perú, podríamos señalar que la situación es similar, una crisis económica a todas luces, que recae sobre las conocidas carencias que ya tenía el sector cultural y patrimonial por décadas, pero que a pesar de ello se ha mantenido a flote, podríamos colegir que es un sector “resiliente” que inventa, reinventa acciones, capacidades, etc. que tratan de cubrir la falta de una política cultural, una legislación desactualizada y dispersa, un presupuesto económico pobre, un crecimiento vertiginoso de las ciudades, una relación muy frágil con la comunidades, un turismo de masas que los pone en riesgo constante, una carencia de formación profesional calificada y una burocracia que impide que su movimiento natural sea seguido de manera adecuada a través de una normativa legal o administrativa que lo proteja a tiempo. Por lo tanto, podríamos concluir, por un lado que las carencias del pasado pueden jugar en contra del sector, pero a la vez esa resiliencia utilizada a través de las décadas sería uno de sus puntos fuertes al momento de enfrentar los retos que esta situación mundial amerita.

La problemática del sector se puede observar desde sus dos ámbitos principales, por un lado en el caso de las industrias culturales artistas, artesanos, gestores culturales, etc. se están viendo fuertemente afectados por la cancelación de todas las actividades culturales, 7 000 de ellos han pedido ser considerados en los bonos que otorga el gobierno, y siguiendo lo que se está haciendo en otros países, como Argentina y Chile por ejemplo, se está evaluando la posibilidad de adquirir contenidos culturales, para de esta manera apoyar económicamente a los profesionales y personas vinculadas al sector cultural.

En el ámbito del patrimonio cultural inmueble el 23 de abril de 2020 se publicó en el Diario “El Peruano” el Decreto Legislativo 1467 – que refuerza acciones y establece medidas especiales para la preservación del patrimonio cultural en el marco de la emergencia sanitaria a nivel nacional declarada a consecuencia del Covid-19, esto debido a la necesidad de una protección adicional de los bienes culturales, principalmente aquellos de carácter arqueológico que ante la ausencia en el campo de los investigadores y la carencia de cuidadores y personal policial se encuentran en un grado mayor de vulnerabilidad, tal como lo demuestra la recientes invasiones en la zona arqueológica de la Ciudad Sagrada de Caral[11] (uno de los bienes peruanos dentro de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO) denunciada por la arqueóloga Ruth Shady a finales de abril y también la invasión en el Sitio Arqueológico de Chankillo[12] (el cual está además dentro del proceso para ser incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO) denunciada a inicios de este mes de mayo.

Hay una aspecto que me parece muy interesante de destacar con relación al  Decreto Legislativo 1467, dentro de la Primera Disposición Final Complementaria se “autoriza el uso temporal y excepcional de predios y/o bienes inmuebles integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación, para la ejecución de medidas y acciones inmediatas necesarias en dicho contexto de emergencia. Para tal fin, el Ministerio de Cultura mediante comunicación del órgano técnico correspondiente en materia de bienes integrantes del patrimonio prehispánico o posteriores a este, autoriza y establece las condiciones mínimas para su uso, las cuales deben ser de cumplimiento obligatorio por parte de las autoridades a cargo de la ejecución de las medidas y acciones mencionadas”. Quizás uno de los mejores ejemplos dentro de este contexto de crisis es la utilización de la Plaza de Acho, edificación arquitectónica que forma parte del Patrimonio Cultural de la Nación, para albergar la excelente iniciativa denominada “Casa de Todos”, esta es una experiencia que sustenta la idea del patrimonio cultural como algo dinámico, cuyo uso y disfrute cambia y de adecua a las circunstancias, haciéndose “útil” en medio de la crisis.

El caso del patrimonio inmaterial es más complejo diversas fiestas, celebraciones religiosas, tradiciones, etc. se han visto suspendidas o canceladas a nivel mundial y a nivel nacional, frente al ejercicio del disfrute del patrimonio cultural inmaterial y nuestro derecho de ser parte activa del mismo, y teniendo en cuenta la ponderación de los derechos es el derecho a la salud personal y pública el que prevalece sobre este derecho cultural. La evaluación de las consecuencias económicas, culturales y sociales, así como los cambios en las dinámicas de este tipo de manifestaciones que afectan a los bienes inmateriales se verán y podrán analizarse en el futuro. Aunque se podría adelantar que, por ejemplo, el hecho de participar y disfrutar en línea de las expresiones artísticas inmateriales o el hacer uso de ciertos elementos de medicina tradicional, de productos alimenticios tradicionales, técnicas de cocina, etc. en estos momentos de crisis demuestra una nueva forma de uso, apropiación y función de dicho tipo de bienes culturales.

Desde el inicio del confinamiento el Ministerio de Cultura ha venido promoviendo a través de sus redes sociales diversas ofertas culturales tanto de espectáculos del Gran Teatro Nacional, como visitas virtuales a los Museos, entre otras, es una oferta amplia y variada, pero que muchas veces se pierde dentro de tanta información que se comparte diariamente, por ello creemos de gran importancia lo que ha señalado la Ministra de Cultura, esto es el pronto lanzamiento de la una plataforma que agrupará toda la oferta del Ministerio y se llamará “Cultura en casa”, siguiendo la línea de lo que ha desarrollado Italia y España por ejemplo.

Esta pandemia ha demostrado a nivel internacional y en todos los sectores que hay una carencia de acción y reacción ante un hecho tan devastador y desconocido, el Ministerio de Cultura ha reaccionado de manera lenta, pero considero que efectiva dentro de todas las carencias que arrastra por años, aunque muchas de sus acciones no eran comunicadas de manera eficiente y oportuna, lo que daba una sensación de abandono del sector. La presentación de la Ministra ante la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso de la República, ha dado mayores luces sobre de los problemas que el sector está afrontando y de las acciones que está implementando frente a la crisis[13].

2. Ciudadanía Cultural 2.0

Todo lo que he señalado, de manera sucinta, en los párrafos precedentes, de alguna manera demuestran la idea de una nueva forma de ejercicio de ciudadanía cultural, ahora más que nunca tenemos acceso a un enorme contenido cultural, colecciones de museos, conciertos, producciones artísticas, literarias, etc.

Si bien las cifras de los museos y los sitios patrimoniales cerrados a nivel mundial son abrumadoras, hay algunas cifras que la Unesco brinda que demuestran el alcance de este disfrute cultural. En una encuesta realizada en Francia, el 53% de usuarios de internet ubican el consumo de bienes culturales en la primera línea de actividades esenciales durante el confinamiento. De igual forma el Consejo Internacional de Museos-ICOM señala que el uso de las páginas web de los museos se ha incrementado en un 200%.

Por su parte el día 5 de mayo, el Ministerio de Cultura señalaba que 803 897 personas a nivel nacional habían accedido virtualmente a los museos del Mincul[14], al día de hoy 6 de mayo las visitas arrojan un número mayor 854 304, es decir 50 407 personas más visitaron dicha plataforma en menos de 24 horas.

Considero que la televisión y la radio también deberían formar parte de esta nueva forma de expansión cultural, hay muchos lugares de nuestro país donde el acceso a través de internet está ausente o es muy restringido. Es momento que la televisión privada cumpla con un rol cultural y que de esa forma pueda ser también una plataforma de apoyo laboral-económico para la producción nacional y a los artistas nacionales independientes.

Pero por ahora enfoquémonos en esta nueva forma de ciudadanía, la que se interrelaciona por un lado con la educación y con la salud. En el caso de la educación por ejemplo, plantea una utilización adecuada del material cultural como soporte de los niños, niñas, adolescentes y los estudiantes universitarios. En el caso de la salud, diversos estudios demuestran que la música, el arte, las tradiciones, etc. forman parte importante de mecanismos de bienestar mental y físico, especialmente importante en estos momentos de confinamiento y de cambio de vida, de accionar y de interrelaciones de los individuos.

Ahora más que nunca podemos ejercer nuestros derechos culturales, es una nueva forma, es un escenario diferente, son los hashtags en ese mundo digital que nos acercan a nuestra cultura, nuestro patrimonio cultural. Ese patrimonio cultural que se reinventa, se transforma, se adecua, se recrea, seamos sujetos activos de este cambio desde nuestra casa, desde nuestros espacios para aprender, disfrutar y conocer aquello que siempre nos ha ayudado a salir y sobrevivir los momentos más oscuros de la historia.

Teniendo en cuenta la importancia del sector cultural y su rol dentro de estos momentos de crisis, se hace preponderante incluirlo en las acciones posteriores de recuperación económica, se requiere una serie de acciones ante el nuevo escenario en el que se desarrollaran las actividades culturales, medidas preventivas especiales en museos, archivos, bibliotecas, etc. teniendo en cuenta el tipo de bien que se está protegiendo, visitas reguladas, tanto en número como en actividades permitidas, en sitios arqueológicos por ejemplo y de igual forma fortalecer a las comunidades circundantes a los bienes patrimoniales, cuidando su salud, pero a la vez promoviendo actividades que las ayuden a recuperarse económicamente, entre otras acciones necesarias de repotenciación de la cultura. Será una tarea ardua, pero que se deberá empezar a fortalecer desde estos momentos, y es quizás esta relación estrecha, esta cercanía que la ciudadanía está teniendo con sus bienes y manifestaciones culturales, la que facilitará acciones más concretas y efectivas. Esperemos que así sea.


[1] Para mayor referencia sobre el tema de derechos culturales revisar: Arista Zerga, Adriana. “Derechos Culturales, Globalización y Derecho de la Cultura”. Revista Patrimonio Cultural y Derecho. Número 16. Madrid, Noviembre 2012. P.223-239. Y  “Derechos Culturales en el Perú Contemporáneo”.

[2] No me centraré en el presente texto en las industrias culturales. Para mayor referencia sobre el tema revisar el texto de Santiago Alfaro: Martillazo para la Cultura. Diario “El Comercio”- 16 de abril 2020. https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/martillazo-para-la-cultura-por-santiago-alfaro-noticia/

[3] https://en.unesco.org/covid19/cultureresponse

[4] https://es.unesco.org/news/explorar-patrimonio-mundial-casa-unesco

[5] https://es.unesco.org/news/resiliart-artistas-y-creatividad-mas-alla-crisis

[6]https://www.beniculturali.it/mibac/export/MiBAC/sito-MiBAC/Contenuti/MibacUnif/Comunicati/visualizza_asset.html_422536076.html

[7] http://www.culturaydeporte.gob.es/actualidad/2020/03/laculturaencasa.html

[8] https://www.britishmuseum.org/closure

[9] https://www.culturaypatrimonio.gob.ec/sitios-de-interes-cultural/

[10] https://compartir.cultura.gob.ar/

[11]http://www.elperuano.pe/noticia-ruth-shady-denuncia-invasion-a-ciudad-sagrada-caral-95103.aspx

[12] https://elperuano.pe/noticia-invasion-a-sitio-arqueologico-chankillo-se-da-plena-evaluacion-unesco-95375.aspx

[13] Una experta de la Organización Mundial de la Salud, señalaba  en la actualidad frente a los desafíos que pandemias como el Coronavirus nos plantean, que la pregunta que debemos hacernos no es qué pasa si sucede? sino cuándo sucederá? Y esta situación también es una alerta ante por ejemplo un terremoto, desde hace muchos años estamos a la espera de un movimiento sísmico de gran magnitud y sería importante desarrollar protocolos de acción desde el sector cultural, y quizás esta experiencia del Covid19 de algunas herramientas para iniciar un trabajo en esa línea.

[14] https://visitavirtual.cultura.pe/?fbclid=IwAR3erqhl6sDu87uC5zeo_BMqov_gDPsymfAHdZ7agh7IxroLc67Zg9bmK5k

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