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Los servicios jurídicos fuera de la caja

por PÓLEMOS
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Claudia Chávez Berríos

Magíster por la Universidad de Lima en Derecho Empresarial y asociada en Viera Abogados.


Estoy muy feliz y es un enorme honor para mí, haber recibido la invitación por parte de la Asociación Derecho y Sociedad para escribir en este portal, sin embargo, debo confesar que si bien en principio mi idea de escribir este artículo, estuvo más ligada a un aspecto jurídico de los últimos acontecimientos, considero con mejor propósito poder conversar no sólo de la opinión legal que manejamos frente a algunas normas, sino tratar de abordarlas y aplicarlas desde una perspectiva más amplia.

Por ello, y tomando en cuenta todos los años en los cuales sigo teniendo la oportunidad de continuar aprendiendo de grandes personas y desde los distintos roles de un abogado, en instituciones públicas hasta en el área legal de empresas nacionales y trasnacionales y finalmente en mi labor actual dentro de un estudio de Abogados, me permito hoy aventurarme y definir lo que en mi humilde opinión, debería ser el rol que nos acerque más a la realidad de cada uno de nuestros casos.

Cuando como clientes nos acercamos a un Estudio, lo que buscamos es una solución efectiva e integral a nuestros problemas, como abogados de un Estudio, es poder brindarle a nuestro cliente el servicio de mayor excelencia; y; dentro de una institución pública, poder resolver de manera justa y clara las denuncias que requieren de nuestro apoyo así como corregir conductas en el mercado.
En tal sentido, me pregunto, ¿Nos basta sólo con tratar de ser muy buenos abogados o deberíamos ir un paso más allá?

Un día, el Gerente Comercial de una empresa me dijo: “Respetamos la opinión de los abogados, pero el negocio no sólo se mide por lo expresado por juristas sino por la dinámica de la realidad del mercado y la ejecución de nuestros proyectos y ventas”, fue algo que al inicio me dejo consternada, pero que luego con un esposo en el área comercial y con los años, me dejo clara cuál era la finalidad de nuestra carrera.

Por ello, en mi opinión, cuando nos toca evaluar un caso, no sólo deberíamos hacerlo desde la perspectiva legal, sino también como lo haría el área comercial, de marketing, logística e incluso recursos humanos, siendo claros y pensando no sólo en el negocio sino como el negocio.

Coloco como ejemplo algunas situaciones generales que he experimentado, sin transgredir la confidencialidad de las mismas:

  • Tal como se ha venido hablando en los últimos días, la recaudación que realiza el estado o los regímenes tributarios que se aplican a los microempresarios, no son congruentes con la realidad económica de cada uno de los negocios, siendo que la falta de normas claras no hace más que desincentivar la formalización y en consecuencia la recaudación pública.
  • Por ejemplo, aquellos que se dedican a la venta minoritaria o a la venta directa, me pregunto ¿Es realmente necesaria todas las obligaciones formales que se les imponen? ¿Es posible exigirle a una persona cuyo negocio podría no exceder de 1 ó 2 UIT al año, que lleve libros contables o presentes declaraciones mes a mes, irrogándoles el costo de un contador para cumplir con estas cargas? Si bien alguno de los beneficios es el menor pago de impuestos, lo cierto es que aún mantienen obligaciones de empresas más grandes, sin contar con la infraestructura para ello.
  • ¿No es posible acaso a nivel laboral, que las empresas brinden apoyo a personas naturales, a efectos de hacer crecer su cadena de producción indirecta y beneficiarse ambos, sin que ello sea evaluado por la Autoridad como un vínculo de relación laboral?
  • Cuando consultas con algunos Juristas, Estudios o incluso Instituciones, muchos de ellos te responden claro esta y como es nuestro deber, con los riesgos que dictan nuestras normas, pero son muy pocos aquellos que se aventuran a cuestionar las mismas e ir incluso hasta la última instancia para darle la vuelta a la página.
  • Otro supuesto más concreto podría ser como cuando por ejemplo revisamos un contrato, suponiendo que sea uno de software o tecnología en general, ¿No es acaso importante conocer cada una de las etapas técnicas y funcionalidades de ese software, validando incluso el nivel de servicio para poder evaluar los posibles incumplimientos? ¿Cómo podemos establecer en un contrato la cláusula de cumplimiento de obligaciones, si no tenemos idea de que ese software o producto tecnológico funciona con una numeración determinada para arrojar productos a color o en blanco y negro, y/o en escala amplia o reducida?
  • En esa línea de ideas, ¿Cómo cuestionar una penalidad por terminación anticipada si no conocemos la depreciación contable o el impacto financiero para la otra parte, en caso de una cancelación prematura
  • Asimismo, al momento de contratar una póliza de seguro para un negocio de transporte, verificamos todo lo referente a requisitos y exclusiones, pero acaso nos preguntamos ¿Cuál es el máximo de mercadería que pueda llevar una plataforma de 30 toneladas, o si es necesario un contenedor de 20 0 40 pies para el negocio, a efectos de cuestionar el límite máximo permitido de carga ante un eventual siniestro?
  • Cuando alguien nos consulta, qué hacer ante la pérdida de un título valor antiguo, muchas veces se responde con una denuncia penal y una demanda por ineficacia de un título valor, sin reconsiderar si es que vale la pena que la empresa incurra en esos costos, antes de plantearle tal vez una salida más eficiente como la notificación de la revocatoria al Banco.

Debo aclarar que comprendo perfectamente que cada caso y problemática es distinta, no obstante, considero de manera muy respetuosa, que la falta de conocimiento de esos detalles, es justamente lo que hace que al final de nuestra evaluación tengamos un producto legal muy fuerte, pero que no es congruente ni con la realidad ni con el negocio, y que como conclusión, nos deja desprotegidos frente al primer problema que se nos presenta.

Creo que la empatía, la ganas de seguir aprendiendo y saber que siempre podemos ignorar algo, es lo que nos convertirá no sólo en abogados más efectivos y atractivos en el mercado, sino en personas y colaboradores que realmente produzcan ese cambio que tanto necesitamos, generando un impacto más positivo en este mundo.

A manera de conclusión, comparto criterios que en mi opinión nos podrían ayudar a desempeñar de mejor manera nuestro rol, como por ejemplo.

  • Identificación de riesgos en el mercado
  • Alternativas de Mitigación de esos riesgos
  • Riesgos aceptados en la industria; y finalmente,
  • Benchmark ( que es trabajar con empresas de rubros similares y transformar en resultados positivos, los problemas que seguramente todos enfrentan)

Mi reflexión final y opinión personal, con el mayor respeto a todos los abogados y a la carrera que ejercemos, es que independientemente de la posición en la que nos encontremos tratemos de atender a nuestros usuarios, clientes internos o externos, de manera simple, integral y empática, recordando siempre que un abogado antes que inteligente debe ser diligente.

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