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Conclusiones de la COP 20: Las bases de un nuevo acuerdo internacional en la lucha contra el cambio climático

por PÓLEMOS
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Daniel Basurto González

Socio Fundador de la Firma Iniciativa para el Desarrollo Ambiental y Sustentable, S.C. Egresado de la Universidad Anahuac México Norte, 1983.

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Desde hace poco más de 25 años el tema del cambio climático se convirtió no solo en el tema de novedad de la época, sino en uno de los retos más grandes que la humanidad debía afrontar, y pese a los esfuerzos realizados, hoy por hoy sigue siendo un reto hacerle frente, no sólo por la lucha de intereses que inciden en el tema, sino también por sus implicaciones en diversidad de sectores (social, cultural, económico, ambiental, estructural, alimenticio, educativo, por mencionar algunos).

En la lucha contra el cambio climático, la más reciente Conferencia de las Partes para el Cambio Climático (COP), realizada en Lima, Perú  (COP 20) el pasado mes de diciembre, si bien pudo ser considerada como una reunión internacional más -como las COP parecieran ser-, destacó por ser en ella en donde se adoptaron las bases del que se pretende sea el acuerdo que dé continuidad al Protocolo de Kyoto (PK), a través de lo que se denominó el «Texto de Lima», documento aprobado en las últimas horas de la COP, pero que dio esperanzas a que durante la COP 21 se alcance un nuevo acuerdo internacional en materia de cambio climático.

Otro de los logros, que se adjudica a la COP 21, pero que deviene de la COP 19 celebrada en Varsovia, es la relacionada con las Contribuciones Previstas y Determinadas a nivel Nacional[1] para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero (INDC por sus siglas en inglés), pues en esta Conferencia se determinó como plazo para que las Partes  presenten sus INDC a más tardar el 31 de marzo de 2015.

La importancia tanto de las bases del nuevo acuerdo como la de los INDC, radica en la medida en que en la COP de París debe adoptar el texto final del acuerdo internacional que debiera entrar en vigor en 2020 y será a través de los INDC que las Partes presenten que se determinará los objetivos del nuevo acuerdo internacional.

En seguimiento a los trabajos de Lima y rumbo a la COP en París, el pasado mes de marzo se dio a conocer el «Borrador de Ginebra» en los 6 idiomas oficiales de la ONU[2]. Este documento a diferencia del PK, conformado por 28 artículos, se integra de 224 apartados, la mayoría de los cuales tiene opciones de redacción, por lo que al menos en términos generales pareciera ser un documento más complejo y quizá detallado, cuya adopción del texto final, no se percibe nada sencilla.

Del contenido del Borrador de Ginebra, destaca lo siguiente:

  • Se pretende establecer como objetivo el valor cero de emisiones netas de gases de efecto invernadero; limitar el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 ºC o 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales, lo anterior conlleva en el más ambicioso de los escenarios lo siguiente: Asegurar una reducción significativa de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en los próximos decenios, o que, para el año 2050, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se hayan reducido entre el 40% y el 70% con respecto a los niveles de 2010, y que para finales de siglo las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero de larga duración tengan un valor próximo a cero.
  • Por cuanto hace a la vigencia, se plantean los siguientes escenarios: 2030, 2040, 2050, 2100, o bien que el acuerdo tenga una vigencia indefinida.
  • La importancia de trabajar no solo en la mitigación, sino en la adaptación a los efectos adversos del cambio climático y en la resiliencia de los ecosistemas.
  • Incorporación del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas atendiendo a las capacidades respectivas, la equidad y las circunstancias y capacidades nacionales.
  • Determinación de compromisos no en el propio texto, sino mediante procedimiento posterior.
  • Planes rectores como el medio para plasmar los compromisos, entrarán en vigor en 2020.
  • Compromisos progresivos, esto es que los compromisos adquiridos por las Partes (incluidos los países en desarrollo) se irán incrementando en el tiempo.
  • Por cuanto hace los instrumentos para cumplir los compromisos, sólo se hace referencia a los mercados de carbono, y a la posibilidad de intercambiar unidades de reducción/mitigación; mientras que para los Mecanismos de Desarrollo Limpio, se refiere a ellos como Mecanismos de Desarrollo Limpio reformados (MDL-plus), y no se hace referencia a los Mecanismos de Implementación Conjunta.
  • Se crea el mecanismo internacional de fomento de la capacidad.
  • Revisión periódica de los compromisos adquiridos a fin de alcanzar el objetivo común.

   

   Como se puede observar, el nuevo acuerdo internacional contiene elementos o particularidades específicas a los previstos actualmente por el PK, dados los pros y contras que a lo largo de la vigencia de este documento se han detectado.

Ahora bien, por lo que hace al compromiso de presentar los INDC en el primer trimestre del 2015, es de señalar que el primer país en presentar su INDC fue Suiza; en dicho plan, el gobierno suizo se compromete a reducir para el 2030 sus emisiones en un 50% por debajo de los niveles presentados en 1990; se busca que un 30% de esa reducción se lleve a cabo a nivel interno, mientras el resto se logre con proyectos de inversión en proyectos fuera de su territorio pero que contribuyan a la reducción de las emisiones de efecto invernadero.

Por su parte, la Unión Europea (UE) y sus estados miembros, a través de sus INDCA buscarán reducir para el año 2030 en un 40% sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Noruega fue el tercer país en presentar INDC en el cual, establece el objetivo de disminución de gases de efecto invernadero en un 40% para el año del 2030 en comparación con los niveles presentados en la década de los 90; así mismo, busca una colaboración con la UE para el cumplimiento de dicha meta, manifestando que, de no lograrse acuerdo alguno, llevará a cabo su plan de manera individual. Noruega adoptará una meta obligatoria de neutralidad de carbono a más tardar para el año 2030.

México por su parte, fue el primer país en desarrollo que presentó a finales del pasado mes de marzo su INDC, destacando de éste, la incorporación tanto del tema de mitigación, como de adaptación el hecho de contemplar tanto a los gases de efecto invernadero, como los Contaminantes Climáticos de Corta Vida (SLCP´s, por sus siglas en inglés), asimismo consideró tanto medidas no condicionadas como condicionadas, estas últimas aquellas que podrá cumplir en la medida en que tenga apoyo; su compromiso es el de reducir las emisiones en 50% para el 2050.

Sorprende la presentación de los compromisos de Estados Unidos, quien el pasado 31 de marzo dio a conocer su INDC, de donde se desprende que pretende reducir sus emisiones entre un 26 y 28% respecto de 2005 para el año 2025. Por su parte Rusia, indicó en su INDC que sin ser su compromiso final, pretende limitar sus emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero entre un 70-75% de los niveles de 1990 para el año 2030 considerando su máxima capacidad de absorción a través de los bosques con que cuenta.

Los compromisos hasta ahora descritos parecen ambiciosos, sin embargo, aún faltan muchos países por presentar sus INDC, y sobre todo queda esperar que se pueda dar cabal cumplimiento a los mismos.

 CONCLUSIONES

Desde que se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992 a la fecha, se han celebrado veinte Conferencias de las Partes, y si bien no puede hablarse del éxito de las mismas, lo cierto es que el escenario ambiental en la materia, sin estas negociaciones internacionales quizá sería peor que el actual.

Kyoto representa un logro no sólo por lo que sus Países Parte han generado a partir de su adopción, sino por que despertó la creatividad de los diversos países a efecto contribuir en la mitigación de gases de efecto invernadero, al que se han sumado cada día nuevos y diversos mecanismos e ideas para sumar en este objetivo, y sin duda los trabajos de los gobiernos en la COP de Perú y en la COP en París serán reflejo de los cambios  que hoy son una necesidad en el tema.

La reducción de gases de efecto invernadero indudablemente se ha llevado a cabo en diversos países en y con diversas actividades y/o acciones, también se han iniciado trabajos para generar adaptación y resiliencia en zonas vulnerables, y mucho ha influido la Convención Marco y el Protocolo de Kyoto, y de manera general, la presión social y de la comunidad internacional, pese a lo anterior, es cierto que no se ha logrado el objetivo necesario para evitar efectos adversos en el clima y con ello en el entorno, incluidos los seres humanos, por ello es y ha sido necesario continuar en la búsqueda de sumar esfuerzos para disminuir la generación de gases de efecto invernadero y ello es lo que representan las COP, sobre todo si se considera que aún no se alcanza el máximo de emisiones de gases de efecto invernadero.

En este tenor, las negociaciones que se den en París no se vislumbran nada sencillas, pues habrá de considerarse en ellas no solo el Borrador de Ginebra, sino también  la valorización de los compromisos que cada país  adquiera a través los INDC; sin embargo se espera que en ellas puedan verse reflejados los trabajos realizados a lo largo de 20 COP´s y las acciones que cada país pueda realmente llevar a cabo.


[1]     Acciones a realizar por cada Parte como compromisos voluntarios para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
[2]     Disponibles en la siguiente web: http://unfccc.int/documentation/documents/advanced_search/items/6911.php?priref=600008407
Se agradece el importante apoyo de la M. en C. Edith Romero en la elaboración del presente artículo.

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