Verónica Ethel Rocha Martínez
Maestra en Gestión de Instituciones Educativas con modalidad virtual. Licenciada en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Con estudios en ciberacoso, libertades sociales y derechos individuales.
Nací en México, soy mestiza, en mi sangre bulle la alegría de los hijos de Anáhuac de ellos aprendí a distinguir, sin percatarme, la herencia de una cultura ancestral, aquella que surgió de la toltequidad. Esos saberes ancestrales, ahora son exhibidos en museos como piezas arqueológicas que dan cuenta de un pueblo capaz de trazar avenidas, construir pirámides alineadas con el solsticio de primavera, predecir eclipses y eventos astronómicos relevantes.
Quisiera pensar en el linaje de este pueblo memorable, demorarme en su esplendor e invitarte a compartir nuestra historia común surgida de la esencia de culturas milenarias. Han pasado siglos de historia en Mesoamérica, acontece el siglo XXI y la facilidad de comunicar nuestros saberes por el mundo es una proeza de la tecnología, es sobre el uso de estas tecnologías en dónde requiero posicionar la mirada reflexiva que hoy comparto con el Portal Jurídico Interdisciplinario Pólemos en la hermana República de Perú.
Espero revertir los fines francamente inverosímiles con el que grupos, empresas, gobiernos, facciones, transgreden a nivel global la intimidad de las personas y con ello ponen en riesgo la vida de quienes vivimos un ciberacoso político que raya en lo inaudito.
Saberes y secretos en la era de la información
Imagina por un momento cuál sería el daño que podría causar moralmente a una persona, exhibir su vida y la de su familia sin su consentimiento, cuál sería el daño al espiar sus conversaciones telefónicas, mensajes de texto, vigilar lo que postea en redes sociales y por añadidura promover la participación de las personas en el hostigamiento y transgresión colectivos de su vida por atreverse a denunciar ciberacoso.
Hay sociedades enfermas, capaces de guardar saberes y secretos, de sumarse a la inmolación masiva, de vulnerar los derechos esenciales de otro ciudadano a partir del rumor. En 2017 Luis de la Barreda Solórzano expuso en un breve texto la fuerza que podría adquirir un rumor, advirtió como es que las redes sociales se han convertido en un instrumento de propagación de rumores, efectivamente, cómo señala el autor, con tan solo un clic las personas pueden satisfacer su espíritu de venganza sin que sobre ellas exista el menor remordimiento, participan en la inmolación masiva debido a la impunidad que impera a nivel global.
Los saberes de un pueblo. Intereses inconfesables
Si solo advertimos los efectos del ciberacoso motivados por una venganza social perderemos la posibilidad de llegar al epicentro de su objetivo. Cuando un ciudadano es visto como un enemigo para las facciones en pugna por el poder, los empeños en abatirlo desplegarán la audacia del imperio de la publicidad y sus productos.
Fernando Buen Abad (2018) nos muestra los efectos de la Teoría de la desmoralización inducida, advierte como es que las agencias de noticias se han convertido en armas de guerra ideológica y por añadidura considera que la idea más anhelada de los opresores sería derrotar a sus enemigos fomentando que quien luche en su contra sean personas de su misma clase social, esto se da a partir del engaño, la manipulación ideológica, el odio inducido.
Qué fácil resulta patrocinar la crucifixión de ciudadanos que con sus ideas buscan comprender los sucesos que acontecen en sus países, para quienes cuentan con el poder económico, político y mediático para ello.
Una sociedad que participa en esto, en qué se convierte, se trata entonces de revertir el daño que causa el ciberacoso a nivel global, de desempoderar las relaciones a nivel planetario.
Desempoderar la ciudadanía planetaria
La conciencia de una ciudadanía planetaria se aleja de la falsa idea de una conciencia tranquila e inamovible y de la absurda convicción de la limpieza de nuestros actos. Los discursos de odio que vuelan por el ciberespacio y atraviesan el imaginario mediático en otras comunidades, fabrican la incongruencia de actos tan controvertidos como el amor, buscan desde los siete pecados capitales un discurso para culpar, desacreditar, humillar, hundir la vida de mujeres que no concuerdan con la victimización, que no están dispuestas a guardar silencio, porque la dignidad no tiene precio, que a pesar de ver sus vidas amenazadas deciden optar por un mundo equitativo y justo.
La ciudadanía planetaria es el anhelo por construir un mundo para todos, solicita entonces de una actitud crítica ante nuestros trayectos. Se posiciona en lazos de solidaridad, en el arraigo a nuestros saberes ancestrales que dan cuenta de relaciones de respeto con la vida en el planeta.
Se requiere advertir que la preservación de las selvas, bosques y ríos como única posibilidad para garantizar la vida acontece cuando los ciudadanos dejamos atrás esos discursos que nos confrontan y posicionamos nuestra vida en abrir espacios donde el acompañamiento a la niñez en su desarrollo es posible, donde los espacios laborales para dignificar nuestras historias sean rutas de aprendizaje.
Requerimos a decir de Bueno Abad (2017) combatir la desmoralización inducida en la vida cotidiana, no facilitar el trabajo de quienes teniendo el poder lo utilizan para destruirnos y acaban así con nuestras esperanzas y posibilidades de compartir el encontrarnos juntos en planeta habitable.
Referencias:
Buen Abad, F. (2017) Teoría de la Desmoralización inducida: la metástasis del individualismo si será televisada. Recuperado de: https://www.telesurtv.net/bloggers/Teoria-de-la-Desmoralizacion-Inducida-La-metastasis-delindividualismo-si-sera-televisada-20181207-0001.html 2/8
De la Barreda, L. (2017) La fuerza del rumor Recuperado de: https://www.telesurtv.net/bloggers/Teoria-de-la-Desmoralizacion-Inducida-La-metastasis-delindividualismo-si-sera-televisada-20181207-0001.html 2/8