Héctor Tinoco Seperak
Ex Director de la Comisión de Proyección Académica de Derecho & Sociedad
Iniciaba mis estudios en la Facultad de Derecho de la PUCP y esta carrera no dejaba de aparecerse como una en la que lo único que valía era lo que estaba escrito en la norma y el conocimiento sobre cómo aplicarla. No dejaba de aparecerse, además, como una rama del conocimiento humano aislada y ajena a lo que ocurría en nuestra sociedad. Y aunque muchas de estas impresiones parecen ser más bien la idea generalizada que muchas personas tienen y que incluso muchos abogados se han creído, yo me convencí de que ello no podía ser así: el Derecho debía ser más que eso.
Fue parte importante de este convencimiento mi participación en “Derecho y Sociedad”. Era mi tercer ciclo en la Facultad cuando decidí postular a esta asociación de estudiantes. Ya el nombre era sugerente: Derecho y Sociedad, no solo derecho, no solo ius. Conocer la historia de esta asociación me dio el ímpetu por decantarme por esta, frente a otras opciones que existían en la misma Facultad. El haber sido fundada en una época difícil para nuestro país, a finales de la década de 1980, con el objetivo de trascender lo meramente académico y convertirse en el espacio donde profesores, estudiantes y todo aquel interesado pudieran confluir para tocar y mirar críticamente lo que sucedía en nuestra sociedad, fueron componentes suficientes para mi decisión. Porque esos fueron los objetivos de esta asociación y fue el ideal que también yo me creí.
Pero “Derecho y Sociedad” resultó aún más importante -en mi experiencia- porque trajo consigo al “Boletín Virtual Pólemos”, proyecto que ponía en relieve los ideales de los fundadores de esta asociación. Este boletín presentaba en cada una de sus ediciones las diferentes posturas que un polémico y coyuntural tema puede generar, desde diferentes perspectivas.
Ya no me encontraba, así, ante el Derecho esquivo de mis primeras impresiones, sino ante uno en diálogo con otras disciplinas, pero sobre todo cercano a otras personas no juristas o abogados. Porque Pólemos, sin perder su perspectiva jurídica, viene a romper ese esquema de revista especializada donde solo los conocedores pueden comprender qué se está discutiendo.
De esta manera, Pólemos se convierte, además, en esa herramienta tan necesaria en un país como el nuestro urgido de espacios donde cualquiera de nosotros pueda informarse y, más importante aún, pueda ser parte de la discusión, de los debates que surgen en nuestro entorno. Es lo que necesitamos para ser mejores ciudadanos, porque solo así tendremos una visión crítica de nuestra sociedad y aportaremos en su mejora.
Pensar críticamente nos hace, pues, mejores ciudadanos, pero sobre todo, nos aleja de aquella distopía imaginada (o profetizada) por George Orwell en 1984, donde la “La Guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza”.
Pólemos, con sus ediciones como boletín virtual y ahora como página web, para quien quiera sumergirse en esta misión y creer que el Derecho es más que conocer una ley, será un elemento importante. El conocimiento y el pensamiento crítico están en nuestras manos. Seamos ciudadanos, seamos Pólemos.
Felicitaciones al equipo que forjó -y del cual tuve la dicha de ser parte- y que sigue forjando este espacio necesario.