Fake news en época de Covid-19: libertad de información por redes sociales e intervención del Estado

Fake news en época de Covid-19: libertad de información por redes sociales e intervención del Estado

Abel Revoredo

Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú y Master in Law por la James E. Beasley School of Law de Temple University. Con más de veinte años de experiencia en Tecnologías de la Información y de las Telecomunicaciones, así como en asesoría empresarial y comercial. Profesor de “Derecho y Nuevas Tecnologías” en la Escuela de Posgrado de la UPC y mentor de proyectos de innovación en Starscamp, Wayra y Startup Academy


Para algunas personas el término fake news puede sonar relativamente nuevo; sin embargo, este término se remonta a las épocas del faraón egipcio Ramsés, cuyos monumentos sobre la victoria en la Batalla de Qadesh vanagloriaban una destreza como guerrero que no era más que propaganda antigua. Esto fue el inicio de lo que conocemos como “fake news”; sin embargo, fue el presidente Donald Trump quien popularizó el termino en el contexto de su campaña política allá por el año 2016[1].

Según Rochlin[2], una noticia falsa se define como un titular y una historia deliberadamente falsa publicada en una web que quiere parecer un sitio de noticias reales. Si bien esta definición nos señala únicamente a las páginas web como portal de fake news, lo cierto es que las redes sociales y los medios de comunicación son ahora transmisores de este tipo de noticias.

De hecho, según la encuesta publicada en el portal informativo de ESET Latinoamérica[3], la conocida compañía de seguridad informática, más del 70% de los participantes aseguró que durante la pandemia recibió o tuvo contacto con noticias falsas relacionadas al COVID-19; principalmente a través de redes sociales (72%), WhatsApp (51%) y en portales de noticias poco confiables (36%).

Pero, ¿cuál es el motivo del auge de estas noticias? ¿Por qué son tan fácilmente esparcidas?

Cuando publicamos algo en redes sociales, sea un “post”, un artículo o un meme y éste termina siendo comentado y compartido por nuestros amigos, nuestro cerebro genera dopamina producto de la interacción social. Esa dopamina es la que nos conduce a compartir publicaciones similares en un futuro, lo cual, según el doctor Jens Binder de la Universidad de Nottingham Trent[4], es la razón por la cual la mayoría de personas está dispuesta a compartir fake news en redes sociales. Entonces, más que influenciar a otras personas, lo que hacemos es satisfacer nuestras propias necesidades emocionales.

El rol de las redes sociales

Como hemos mencionado en los párrafos precedentes, las redes sociales son actualmente la plataforma más utilizada para esparcir fake news. Lo anterior no es un dato sorprendente pues la digitalización ha facilitado enormemente la manera en cómo compartimos información: solo basta un click. Esto resulta una paradoja, ya que la época de mayor desarrollo científico es a la vez la época con mayor difusión de noticias falsas.

Lo más desalentador es que los consumidores de este tipo de información no se inmutan en comprobar absolutamente nada de lo que están procesando. El “fact checking” debería ser ahora más relevante que nunca.

Entonces, en medio de una pandemia sanitaria, ¿Cómo podemos hacer para comprobar que tanto los tratamientos como las medicinas y las medidas de prevención que nos comparten por redes sociales sean fidedignas?

El portal Privacy Hub[5] ennumera cinco pasos para identificar fake news:

  1. ¿Cuál es la fuente de la noticia?

En este punto se debe enfatizar en comprobar que la fuente sea confiable, es decir, un periódico serio, una investigación científica, una organización mundial, etc.

2. ¿Quién es el autor de la noticia?

Si bien muchas veces el nombre de la persona que ha creado la noticia falsa está consignado, debemos verificar que sea un periodista, un investigador o al menos alguien con una reputación válida para poder realizar las afirmaciones que hace.

3. ¿Cuándo se publicó?

Es justamente por la antigüedad de la publicación que las noticias se vuelven falsas. Puede que sean de hace cuatro años, pero le agregan la palabra “COVID” y se vuelve relevante cuando ni siquiera es aplicable.

4. Prestar atención a dominios de web y URLs falsos

Incluso los más atentos pueden caer en los dominios y URLs falsos pues en la mayoría de casos son casi una réplica del original. Por ello, siempre es necesario verificar el nombre completo de la página web.

5. Investigar las fotos del artículo

La mayoría de fotos falsas son trucadas con Photoshop. Lo importante en este punto es validarlas en el buscador de Google o con técnicas más avanzadas.

Libertad de información e intervención del Estado

Actualmente, la libertad de información es un derecho constitucional, reconocido como tal en el inciso 4 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú[6]. Bajo ese tenor, se entiende que todo ciudadano peruano tiene derecho a emitir opiniones propias de manera libre. Sin embargo, lo anterior no significa que esta opinión pueda emitirse de manera ilimitada o sin restricciones.

Es evidente que los medios de comunicación y todo ciudadano en general pueden emitir opiniones propias. No obstante ello, cuando se cruza la línea entre una noticia “en investigación” y una noticia deliberadamente falsa, nos encontramos en el límite de nuestro derecho constitucionalmente protegido. No solo se está desinformando a la opinión pública sino que incluso se puede llegar a generar un caos o pánico en la población. Tal es el caso de la portada del diario Peru21 de fecha 23 de mayo de 2020, en la cual supuestamente se mostraba un medio de transporte limeño aglomerado en plena crisis pandémica. Lo sorprendente de esta portada es que la foto reflejaba la realidad de un bus colombiano y no peruano.

El caso mencionado es un claro ejemplo de cómo las “fake news” no están amparadas bajo el concepto del derecho a la libertad de información pues, de acuerdo a César Landa[7] en entrevista con EnfoqueDerecho, tales “noticias” revelan una actitud que en el fondo busca generar zozobra y la alteración del orden público.

¿Qué pueden hacer los Estados para combatir esta desinformación?

En primer lugar, podrían prestar atención a lo que países europeos han venido haciendo para combatir esta peligrosa corriente. Alemania, por ejemplo, anunció en el 2017 que planeaba multar a la red social Facebook si es que no cumplía con eliminar noticias falsas en el lapso de 24 horas[8]. El presidente francés Emmanuel Macron anunció por su parte, que la nación que lidera propondría un proyecto de ley para luchar contra las noticias falsas durante los períodos electorales en Francia[9]. Finalmente, Italia convocó a sus ciudadanos a denunciar las fake news a través del portal de la policía en el cual expertos verificarían si efectivamente se trata de una noticia que no cumple con los parámetros informativos[10].

A la fecha, el Código Penal peruano reprime con 2 a 4 años de pena privativa de la libertad[11] a quien cree o difunda información falsa para obtener provecho o generar perjuicio a terceros y con una pena de 3 a 6 años a quien genere pánico y perturbe la tranquilidad pública mediante la difusión de noticias falsas[12]. A pesar de estas disposiciones, lo cierto es que más allá de amenazas por mensajes a la Nación[13] o tweets del Ministerio de Justicia[14], los tipos penales antes mencionados no son ejecutados. No olvidemos que la Declaración Conjunta sobre Libertad de Expresión y «Noticias Falsas» («Fake News»), Desinformación y Propaganda insta a los actores estatales a no efectuar, avalar, fomentar ni difundir de otro modo declaraciones que saben o deberían saber razonablemente que son falsas (desinformación) o que muestran un menosprecio manifiesto por la información verificable (propaganda).[15] Esperemos que esta declaración inste al Perú a que los tipos penales previstos no queden únicamente como un saludo a la bandera.


[1] Hunt,J. (2017). ‘Fake news’ named Collins Dictionary’s official Word of the Year for 2017. julio 10, 2020, de Independent. Sitio web: https://bit.ly/3iQhg8C

[2] Rochlin, N. (2017). Fake news: Belief in post-truth. Library hi Tech, 35 (3), 386-392. https://bit.ly/2DLvToM

[3]  Mendoza,M. (2020). Fake news y sus riesgos en tiempos de COVID19. julio 10, 2020, de We Live Security by ESET. Sitio web: https://bit.ly/2Ziy93T

[4] 7 reasons why fake news goes viral, according to experts julio 10, 2020, de Belfast Telegraph. Sitio web:  https://bit.ly/3gGPTMe

[5]  Ailoaiei, A. (2020). Living in the Fake News Era. julio 10,2020, de Privacy Hub. Sitio web: https://bit.ly/3fmaZPY

[6]  Constitución Política del Perú

Artículo 2°.- Toda persona tiene derecho:

  1. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley (…).

[7] EnfoqueDerecho.com. (2020). Fake News y desinformación. julio 10, 2020, de EnfoqueDerecho. Sitio web: https://bit.ly/2BYNvBR

[8]  Alemania planta cara a Facebook: multará a la red social por las noticias falsas (2017) julio 10, 2020, de ReasonWhy.es. Sitio web: https://bit.ly/3fl5uAR

[9]  Woitier, C. (2018). Emmanuel Macron annonce un projet de loi contre les «fake news» sur Internet. julio 10, 2020, de Le Figaro Sitio web: https://bit.ly/2W72PmR

[10] Figueras, J. (2018).  Italia se suma a la batalla contra la desinformación. julio 10, 2020, de elPeriodico. Sitio web: https://bit.ly/2W7mK4V

[11] Código Penal Peruano

Artículo 438.- Falsedad genérica

El que de cualquier otro modo que no esté especificado en los Capítulos precedentes, comete falsedad simulando, suponiendo, alterando la verdad intencionalmente y con perjuicio de terceros, por palabras, hechos o usurpando nombre, calidad o empleo que no le corresponde, suponiendo viva a una persona fallecida o que no ha existido o viceversa, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.

[12] Código Penal Peruano

Artículo 315-A. Delito de grave perturbación de la tranquilidad pública

El que perturbe gravemente la paz pública usando cualquier medio razonable capaz de producir alarma, será sancionado con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.
(…)

[13] Martín Vizcarra: “Hay gente ociosa que se dedica a hacer noticias falsas para crear zozobra” (2020) julio 10, 2020 de El Comercio. Sitio web: https://bit.ly/2ZZnzhj

[14] Ministerio de Justicia y Derechos Humanos [@MinjusDH_Peru] Quienes desinformen a la ciudadanía con noticias falsas para obtener un beneficio o perturbar la tranquilidad pública serán sancionados con pena privativa de la libertad. [imagen adjunta] Twitter. https://bit.ly/3eiTvCC

[15]  Organización de Estados Americanos. (2017). Declaración Conjunta Sobre Libertad De Expresión Y «Noticias Falsas» («Fake News»), Desinformación Y Propaganda. julio 10, 2020, de Organización de Estados Americanos Sitio web: https://bit.ly/2ZZoNJr